“La comunidad internacional salvó miles de vidas en Somalia el año pasado y ayudó a frenar la hambruna antes de que ocurriera”, recordó el director de la ONG noruega en el Cuerno de África, Nigel Tricks, en un comunicado emitido en Nairobi.
“Pero menos ayuda humanitaria ahora amenaza con devolver al país a una crisis más profunda, incluso a una catástrofe. Medio millón de personas están hoy al borde de la hambruna”, avisó Tricks.
El NRC, una organización no gubernamental que trabaja en más de treinta países, hizo esa advertencia en la víspera de la reunión que este martes reunirá en Londres a gobiernos, donantes y la ONU para abordar la situación humanitaria de Somalia.
Aunque el país del Cuerno de África evitó la hambruna en 2017, unos 2,7 millones de personas viven actualmente “en lo que la ONU describe como fases de crisis o emergencia de hambre”, recalcó el comunicado.
Como se prevé más sequía en el país, la ONG señaló que hacen falta 1.500 millones de dólares (unos 1.220 millones de euros) para financiar programas de apoyo y reconstrucción en Somalia, donde 300.000 niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda.
“La ayuda funciona, dado que la ayuda humanitaria salvó innumerables vidas en Somalia el año pasado, pero 2018 promete ser un nuevo año de crisis”, avisó Tricks.
Además de la sequía que azota al país, el conflicto y la inseguridad agravan la actual crisis humanitaria en Somalia, donde más de 1,1 millones de personas huyeron de sus hogares por esos factores.
Somalia vive en estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país carente de un gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra tribales y bandas de delincuentes armados.
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