El capitán Joe Morrow, miembro del equipo que representa a la acusación del Gobierno estadounidense, dijo que probarán que Manning, vestido en uniforme de gala, estuvo en comunicación con Julian Assange, fundador de WikiLeaks y actualmente refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres para evitar su extradición a Suecia por un supuesto caso de violación.
La Fiscalía acusó a Manning de llevar acabo las filtraciones de manera "indiscriminada" y "sistemática", y con una actitud "arrogante", para obtener notoriedad y por "interés propio".
Además, la Fiscalía intentará demostrar que Manning conocía la repercusión de sus filtraciones y lo hizo a sabiendas de "que eran de gran valor para adversarios y enemigos", en particular para Al Qaeda, con la que Estados Unidos está en conflicto en todo el mundo.
Morrow dijo que el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, tenía información filtrada por WikiLeaks, como cables diplomáticos y datos de la guerra de Afganistán, en su refugio de Pakistán donde fue abatido por fuerzas especiales de EE.UU. en mayo de 2011.
La jueza militar Denise Lind deberá determinar la responsabilidad de Manning en la mayor filtración de información clasificada de la historia de Estados Unidos, con un total de 700.000 documentos enviados a WikiLeaks, que incluían videos de ataques, cables diplomáticos o registros de las guerras de Afganistán e Irak, o de la prisión de la Base Naval estadounidense de Guantánamo.
Por su parte, la defensa, encabezada por el abogado David Coombs, dijo que su representado tenía "buenas intenciones" y que la "ingenuidad y juventud" de Manning, que tenía 22 años cuando fue desplegado en Irak como analista de inteligencia, motivaron sus acciones.
Manning se ha declarado culpable de 10 de los 22 cargos de que se le acusa, algo que le acarrearía una condena de al menos dos décadas en prisión, menos grave que la cadena perpetua sin posibilidad de revisión que pide la acusación.
Coombs -que expuso sus argumentos de memoria, mientras que la Fiscalía utilizó una presentación de diapositivas- dijo que su defendido "seleccionó" las informaciones que filtró porque quería hacer "del mundo un lugar mejor" y para exponer a la opinión pública hechos que ya eran debatidos en los medios.
Por ello, la defensa considera que Manning no tenía la intención de ayudar al enemigo, sino de colaborar en investigaciones como la del ataque aéreo que causó la muerte de dos trabajadores de Reuters en Irak y para concienciar al mundo de los horrores de la guerra.
Asimismo, Coombs señaló que su representado sufría una gran presión en su destino en Irak y estaba inmerso en una "lucha interna" debido a sus problemas de homosexualidad e integración con los compañeros.
El soldado Eric Baker, compañero de habitación de Manning en Irak, aseguró hoy que durante su tiempo en la base no tuvieron casi relación y el acusado era una persona solitaria, sin amigos, que pasaba largas horas frente a su computador portátil.
Dos investigadores de contrainteligencia del Pentágono testificaron hoy en persona sobre las primeras pesquisas que realizaron en la base de Bagdad donde Manning estuvo desplegado desde finales de octubre de 2009 hasta su detención en mayo de 2010, mientras que dos peritos informáticos detallaron sus hallazgos sobre el rastro digital dejado por el acusado.
La Fiscalía intentará probar que Manning comenzó a recopilar información clasificada pocas semanas después de comenzar su trabajo en Irak y durante 6 meses la encriptó y almacenó en diversos dispositivos para posteriormente transmitirla por internet a WikiLeaks a sabiendas de que incumplía las leyes militares y amenazaba la seguridad nacional.
Según la Fiscalía, Manning siguió las directrices de WikiLeaks, que en 2009 publicó una lista de objetivos de inteligencia, algo que para la defensa es una presunción sin base ni evidencias.
El juicio, que se espera que se prolongue hasta finales de agosto, se celebra en la base militar de Fort Meade, hogar de departamentos de inteligencia del Pentágono.
En las puertas de la base varias decenas de manifestantes portaban carteles de "Libertad para Manning" y exigieron a gritos y pese a la lluvia que se perdone al soldado precisamente por haber expuesto la realidad de las guerras de Irak, Afganistán o la lucha contra el terrorismo extremista.
Los pocos periodistas y civiles que han podido acceder a la sala, donde Manning se mostró tranquilo, debieron ser registrados y desposeídos de todo aparato electrónico que pueda transmitir en vivo el proceso.
Alrededor de 70 periodistas de todo el mundo siguen en un edificio cercano a través de un circuito cerrado de video las intervenciones, que tienen varios segundos de retraso para prevenir que en un descuido se dé a conocer información clasificada, algo que podría llevar a que algunos días se cierre la sala al público.
Fuente: ambito.com