Julio León Prado es uno de los empresarios más importantes del país, su obra se refleja en la puesta en marcha de alrededor 300 proyectos hidroeléctricos y agropecuarios en Latinoamérica. Actualmente es presidente del Grupo Financiero Bisa, el más grande del país.
El trabajo fue una constante desde sus 8 años, cuando ayudaba a su madre, María Cristina Prado, una digna y reconocida maestra de educación que luchó incansablemente para sacar adelante a sus hijos.
Los colegios La Salle y Bolívar fueron el seno de sus primeras inquietudes. Al terminar el bachillerato ganó una beca de estudios en la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú, donde se graduó con honores de la carrera de Ingeniería Civil
Al inicio de su vida profesional, una de las primeras hazañas que recuerda es el viaje que organizó con la delegación de ingenieros de su universidad a la República Argentina, donde fueron recibidos por Evita Perón
“Ella era nuestra madrina y nos invitó a visitar todo el país en el avión presidencial”, recordó.
El primer trabajo que tuvo, en la Central Hidroeléctrica Paucartambo (Perú), fue el punto de arranque que necesitaba para un imparable crecimiento. Empezó como ayudante y a los cinco años fue nombrado gerente. Condujo el trabajo de 25 mil obreros en la construcción de importantes centrales hidroeléctricas
Habiendo llegado a lo más alto en Paucartambo, el año 1962, se retiró para iniciar su propio emprendimiento. Junto a su amigo crearon Cosapi (1964), la primera empresa que le trajo grandes satisfacciones.
“Competimos con empresas como la General Electric y el consorcio Sade, entre otros. Fue una gran escuela”, señaló
Ese mismo año, fundó la empresa ICE Ingenieros del Perú y cuatro años después ICE Ingenieros de Bolivia (1968); continuó con ICE Nicaragua e ICE Costa Rica, con las que participó en más de 300 obras como la construcción de centrales hidroeléctricas y térmicas en los diferentes países donde tenía presencia. Entre sus proyectos consentidos, en Bolivia, está la primera planta de generación de electricidad (Santa Cruz), la electrificación rural de este departamento, la construcción de turbinas a gas de Valle Hermoso -en sus tres etapas- y la central termoeléctrica de Carrasco. Ejecutó la interconexión eléctrica en toda Bolivia, las subestaciones correspondientes y tuvo otras intervenciones en Corani, Misicuni, San Cristóbal y el aeropuerto de Cochabamba.
Para León Prado, su mayor anhelo es aportar a Bolivia dinamizando todo su potencial hidroeléctrico. Considera que Bolivia no aprovecha uno de sus mayores potenciales que lo situaría en una importante ventaja con relación a otros países, por la altura y la disponibilidad de agua
Aunque su mayor experiencia y pasión estuvo dedicada a la ingeniería, León Prado es ahora el hombre más importante de la banca privada en Bolivia
“Yo no soy banquero, me han hecho banquero a la fuerza”, aclaró sonriente.
Contó que el año 1970, cuando quiso cambiar sus letras de cambio (títulos de crédito), no pudieron pagarle y le dieron acciones del Banco que luego las hizo crecer.
Abrió sus puertas como Banco BISA el año 1989. En ese entonces se encontraba en el décimo séptimo lugar del país y desde el año 1995 se mantiene como el número uno de la banca privada
Otra de sus mayores apuestas en Bolivia fue la producción agrícola en Santa Cruz.
“Me di cuenta que en Bolivia estaban las mejores tierras agrícolas”, dijo.
En la década de los 80, el Banco Mundial declaró a Santa Cruz como una zona de tierras muy fértiles. Con esta información, entre el año 1983 y 1986, recuperó alrededor de 600 hectáreas que posteriormente fueron ampliadas a 25 mil dedicadas al cultivo de soya y maíz. Esta obra permitió abrir un nuevo nicho económico para los bolivianos ya que antes solo los menonitas y japoneses cultivaban soya
En sus más de 30 años exitosos en el sector energético, fuera del país, y los más de 20 años en la banca, León Prado asegura que el secreto de su éxito es “hacer lo que a uno más le gusta, ser perseverante y constante frente a las dificultades”.
“Para mi el trabajo es mi eterna vacación y entretenimiento (...) Siempre piensen y actúen positivamente, usen los contratiempos para aprender, no pierdan el tiempo enojándose y usen esa energía para enfrentar los problemas”, recomendó a los jóvenes
Recientemente presentó su libro “Julio León Prado. Memorias”, que detalla toda su experiencia y está dedicada a las nuevas generaciones de emprendedores.
Fuente: opinion.com.bo
El trabajo fue una constante desde sus 8 años, cuando ayudaba a su madre, María Cristina Prado, una digna y reconocida maestra de educación que luchó incansablemente para sacar adelante a sus hijos.
Los colegios La Salle y Bolívar fueron el seno de sus primeras inquietudes. Al terminar el bachillerato ganó una beca de estudios en la Universidad Nacional de Ingeniería de Perú, donde se graduó con honores de la carrera de Ingeniería Civil
Al inicio de su vida profesional, una de las primeras hazañas que recuerda es el viaje que organizó con la delegación de ingenieros de su universidad a la República Argentina, donde fueron recibidos por Evita Perón
“Ella era nuestra madrina y nos invitó a visitar todo el país en el avión presidencial”, recordó.
El primer trabajo que tuvo, en la Central Hidroeléctrica Paucartambo (Perú), fue el punto de arranque que necesitaba para un imparable crecimiento. Empezó como ayudante y a los cinco años fue nombrado gerente. Condujo el trabajo de 25 mil obreros en la construcción de importantes centrales hidroeléctricas
Habiendo llegado a lo más alto en Paucartambo, el año 1962, se retiró para iniciar su propio emprendimiento. Junto a su amigo crearon Cosapi (1964), la primera empresa que le trajo grandes satisfacciones.
“Competimos con empresas como la General Electric y el consorcio Sade, entre otros. Fue una gran escuela”, señaló
Ese mismo año, fundó la empresa ICE Ingenieros del Perú y cuatro años después ICE Ingenieros de Bolivia (1968); continuó con ICE Nicaragua e ICE Costa Rica, con las que participó en más de 300 obras como la construcción de centrales hidroeléctricas y térmicas en los diferentes países donde tenía presencia. Entre sus proyectos consentidos, en Bolivia, está la primera planta de generación de electricidad (Santa Cruz), la electrificación rural de este departamento, la construcción de turbinas a gas de Valle Hermoso -en sus tres etapas- y la central termoeléctrica de Carrasco. Ejecutó la interconexión eléctrica en toda Bolivia, las subestaciones correspondientes y tuvo otras intervenciones en Corani, Misicuni, San Cristóbal y el aeropuerto de Cochabamba.
Para León Prado, su mayor anhelo es aportar a Bolivia dinamizando todo su potencial hidroeléctrico. Considera que Bolivia no aprovecha uno de sus mayores potenciales que lo situaría en una importante ventaja con relación a otros países, por la altura y la disponibilidad de agua
Aunque su mayor experiencia y pasión estuvo dedicada a la ingeniería, León Prado es ahora el hombre más importante de la banca privada en Bolivia
“Yo no soy banquero, me han hecho banquero a la fuerza”, aclaró sonriente.
Contó que el año 1970, cuando quiso cambiar sus letras de cambio (títulos de crédito), no pudieron pagarle y le dieron acciones del Banco que luego las hizo crecer.
Abrió sus puertas como Banco BISA el año 1989. En ese entonces se encontraba en el décimo séptimo lugar del país y desde el año 1995 se mantiene como el número uno de la banca privada
Otra de sus mayores apuestas en Bolivia fue la producción agrícola en Santa Cruz.
“Me di cuenta que en Bolivia estaban las mejores tierras agrícolas”, dijo.
En la década de los 80, el Banco Mundial declaró a Santa Cruz como una zona de tierras muy fértiles. Con esta información, entre el año 1983 y 1986, recuperó alrededor de 600 hectáreas que posteriormente fueron ampliadas a 25 mil dedicadas al cultivo de soya y maíz. Esta obra permitió abrir un nuevo nicho económico para los bolivianos ya que antes solo los menonitas y japoneses cultivaban soya
En sus más de 30 años exitosos en el sector energético, fuera del país, y los más de 20 años en la banca, León Prado asegura que el secreto de su éxito es “hacer lo que a uno más le gusta, ser perseverante y constante frente a las dificultades”.
“Para mi el trabajo es mi eterna vacación y entretenimiento (...) Siempre piensen y actúen positivamente, usen los contratiempos para aprender, no pierdan el tiempo enojándose y usen esa energía para enfrentar los problemas”, recomendó a los jóvenes
Recientemente presentó su libro “Julio León Prado. Memorias”, que detalla toda su experiencia y está dedicada a las nuevas generaciones de emprendedores.
Fuente: opinion.com.bo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario