Fueron encontrados en la cueva de Alepotryda, en el sur del Peloponeso, y podría ser uno de los hallazgos más antiguos del mundo.
Un grupo de arqueólogos griegos ha encontrado dos cadáveres abrazados que datan del año 3.800 antes de Cristo (a.C.) en el entorno de la cueva de Alepotryda, en el sur del Peloponeso, un hallazgo que podría estar entre los más antiguos del mundo.
Según informó el ministerio de Cultura griego, el análisis de ADN mostró que los restos pertenecen a un hombre y una mujer jóvenes que fueron encontrados junto con varias puntas de flechas.
La prueba del carbono 14 fue la que determinó la data de los cadáveres, de los que destaca tanto su antigüedad como el hecho de que estuvieran abrazados, una posición poco habitual en restos arqueológicos de esa época.
En la misma zona se descubrieron también los huesos de dos niños que datarían de entre el 4.200 y el 3.800 a.C. Además, se encontraron también los cadáveres de un niño sepultado en una vasija e incluso el de un embrión.
La cueva de Alepotryda tiene el tamaño equivalente a cuatro campos de fútbol y habría podido servir de hogar a cientos de personas durante el periodo del Neolítico, pudiendo constituir así uno de los poblados prehistóricos más viejos de Europa.
A finales del Neolítico un terremoto selló su entrada y sepultó a muchos de sus habitantes. En 1958 un grupo de espeleólogos encontraron la cueva y hallaron parte de los restos así como herramientas, objetos de cerámica, cobre, plata de la época neolítica. Y aún se siguen analizando restos, que permiten hallazgos como el conocido hoy.
Según informó el ministerio de Cultura griego, el análisis de ADN mostró que los restos pertenecen a un hombre y una mujer jóvenes que fueron encontrados junto con varias puntas de flechas.
La prueba del carbono 14 fue la que determinó la data de los cadáveres, de los que destaca tanto su antigüedad como el hecho de que estuvieran abrazados, una posición poco habitual en restos arqueológicos de esa época.
En la misma zona se descubrieron también los huesos de dos niños que datarían de entre el 4.200 y el 3.800 a.C. Además, se encontraron también los cadáveres de un niño sepultado en una vasija e incluso el de un embrión.
La cueva de Alepotryda tiene el tamaño equivalente a cuatro campos de fútbol y habría podido servir de hogar a cientos de personas durante el periodo del Neolítico, pudiendo constituir así uno de los poblados prehistóricos más viejos de Europa.
A finales del Neolítico un terremoto selló su entrada y sepultó a muchos de sus habitantes. En 1958 un grupo de espeleólogos encontraron la cueva y hallaron parte de los restos así como herramientas, objetos de cerámica, cobre, plata de la época neolítica. Y aún se siguen analizando restos, que permiten hallazgos como el conocido hoy.
EFE
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