El programa de NBC logró con el magnate y candidato a la presidencia su máximo de audiencia desde 2012
ESTADOS UNIDOS.- La polémica y esperada visita del candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos Donald Trump le ha sentado muy bien a Saturday Night Live.
Su intervención la noche del pasado 7 de noviembre logró un magnífico 6,6 de rating y un 16 de share, el mejor resultado del programa desde el 7 de enero de 2012 cuando el exjugador de la NBA Charles Barkley se puso al frente del show.
El programa arrancó con el clásico monólogo, interrumpido por los gritos de "racista” del comediante Larry David al magnate. "Me dijeron que si gritaba 'racista' me darían 5.000 dólares", le explicó a Trump. "Como hombre de negocios, lo respeto completamente", le respondió este.
En comparación con los datos de audiencia de 'Saturday Night Live' del año pasado, la subida representa un incremento del 53%.
El programa incluyó gags desternillantes, como la parodia del presidente de México, Enrique Peña Nieto, entregándole a Trump un cheque por la construcción del muro que Trump ha prometido entre México y Estados Unidos o una reunión del futuro gobierno de Trump entre cuyos miembros destaca su hija Ivanka, obsesionada con remodelar la Casa Blanca.
Su intervención la noche del pasado 7 de noviembre logró un magnífico 6,6 de rating y un 16 de share, el mejor resultado del programa desde el 7 de enero de 2012 cuando el exjugador de la NBA Charles Barkley se puso al frente del show.
El programa arrancó con el clásico monólogo, interrumpido por los gritos de "racista” del comediante Larry David al magnate. "Me dijeron que si gritaba 'racista' me darían 5.000 dólares", le explicó a Trump. "Como hombre de negocios, lo respeto completamente", le respondió este.
En comparación con los datos de audiencia de 'Saturday Night Live' del año pasado, la subida representa un incremento del 53%.
El programa incluyó gags desternillantes, como la parodia del presidente de México, Enrique Peña Nieto, entregándole a Trump un cheque por la construcción del muro que Trump ha prometido entre México y Estados Unidos o una reunión del futuro gobierno de Trump entre cuyos miembros destaca su hija Ivanka, obsesionada con remodelar la Casa Blanca.
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