Cerca de la mitad de los refugiados son niños, en su mayoría menores de 11 años, y el número de personas que huye crece cada semana, dijo ACNUR.
"Con un millón de personas huyendo, millones más desplazadas a nivel interno y miles que continúan cruzando la frontera cada día, Siria se dirige a un desastre a gran escala", dijo el alto comisionado para los refugiados de la ONU, António Guterres, en un comunicado.
"Estamos haciendo todo lo posible para ayudar, pero la capacidad de respuesta humanitaria internacional está extinguiéndose peligrosamente. Esta tragedia debe ser detenida", añadió.
Hace casi dos años, los sirios empezaron a huir del país cuando las fuerzas del presidente, Bashar el Asad, comenzaron a disparar contra las protestas a favor de la democracia.
Desde entonces el levantamiento se ha convertido en una guerra religiosa cada vez mayor entre rebeldes armados y soldados del Gobierno y milicias leales al presidente. Se estima que unas 70.000 personas han muerto en los enfrentamientos.
ACNUR dijo que el número de sirios que abandonan su país se ha incrementado dramáticamente desde principios de año con más de 400.000 personas, casi la mitad del total, desde el 1 de enero.
Los refugiados llegan traumatizados, sin posesiones y habiendo perdido a familiares, agregó.
La mayoría ha huido a Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto y algunos han llegado al norte de África y Europa.
Líbano, el país más cercano a la capital siria, Damasco, es el más pequeño de sus vecinos pero el que más refugiados ha recibido.
Incluyendo a trabajadores sirios y sus familiares, una de cada cinco personas en Líbano es siria.
No se ve un fin de la guerra civil en Siria y las potencias internacionales están divididas sobre cómo responder. Rusia y la chií Irán apoyan a su aliado histórico Asad, mientras que Estados Unidos y los países suníes del Golfo respaldan a la oposición.
Tanto Damasco como la oposición han dicho que considerarán conversaciones de paz pero no se ha concretado ninguna reunión.
Fuente: Ecodiario.es
"Con un millón de personas huyendo, millones más desplazadas a nivel interno y miles que continúan cruzando la frontera cada día, Siria se dirige a un desastre a gran escala", dijo el alto comisionado para los refugiados de la ONU, António Guterres, en un comunicado.
"Estamos haciendo todo lo posible para ayudar, pero la capacidad de respuesta humanitaria internacional está extinguiéndose peligrosamente. Esta tragedia debe ser detenida", añadió.
Hace casi dos años, los sirios empezaron a huir del país cuando las fuerzas del presidente, Bashar el Asad, comenzaron a disparar contra las protestas a favor de la democracia.
Desde entonces el levantamiento se ha convertido en una guerra religiosa cada vez mayor entre rebeldes armados y soldados del Gobierno y milicias leales al presidente. Se estima que unas 70.000 personas han muerto en los enfrentamientos.
ACNUR dijo que el número de sirios que abandonan su país se ha incrementado dramáticamente desde principios de año con más de 400.000 personas, casi la mitad del total, desde el 1 de enero.
Los refugiados llegan traumatizados, sin posesiones y habiendo perdido a familiares, agregó.
La mayoría ha huido a Líbano, Jordania, Turquía, Irak y Egipto y algunos han llegado al norte de África y Europa.
Líbano, el país más cercano a la capital siria, Damasco, es el más pequeño de sus vecinos pero el que más refugiados ha recibido.
Incluyendo a trabajadores sirios y sus familiares, una de cada cinco personas en Líbano es siria.
No se ve un fin de la guerra civil en Siria y las potencias internacionales están divididas sobre cómo responder. Rusia y la chií Irán apoyan a su aliado histórico Asad, mientras que Estados Unidos y los países suníes del Golfo respaldan a la oposición.
Tanto Damasco como la oposición han dicho que considerarán conversaciones de paz pero no se ha concretado ninguna reunión.
Fuente: Ecodiario.es
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