“Estuve tres semanas con una beba que no era mi hija, pero dándole todo el amor y sabía que la otra mamá iba a cuidar igual a la mía. Me encariñé mucho”, declaró al canal de noticias C5N Lorena Gerbeno, una de las madres afectadas, que sospechó desde un principio del intercambio.
Gerbeno tuvo que recurrir a la justicia que ordenó un análisis genético y secuestró la documentación del sanatorio, para poder encontrar a la eventual familia que tenía a la menor.
“Por suerte soy desconfiada”, dijo Gerbeno, una abogada que ahora no piensa en seguir acciones legales contra el Sanatorio Argentino de San Juan (1.200 km al oeste), responsable del error, pero pretende “que todo el mundo se entere lo que es esta gente”.
Sus dudas no fueron escuchadas en el sanatorio y tampoco las de Verónica Tejada, las dos mujeres que dieron a luz el 30 de septiembre y recibieron sus bebés intercambiados.
“Cuando nació mi beba por cesárea, me dicen enseguida que era una hermosa niña de 3.100kg, pero cuando me la entregan afirman que pesaba 3.800 kg y que había nacido de cola, yo les dije que no podía ser y me contestaron que seguro había entendido mal”, detalló. “Nunca me dieron respuestas”.
Las sospechas se transformaron en casi certeza para Gerbeno cuando por azar ambas mujeres se encontraron en un control pediátrico en la clínica y al charlar sobre su maternidad reciente se dieron cuenta, por ejemplo, que el peso de la beba de una correspondía al de la otra.
“Nos fuimos preparando cada una con su terapeuta, nos hablamos por teléfono e intercambiamos fotos por Internet. Cuando salió el ADN y se confirmó, nos encontramos y fue: ‘Tomá tu hija y dame a mi hija'. Gracias a Dios se terminó esta pesadilla”, agregó.
FuenteHerald
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