- La posible participación de Bashar al Assad en un gobierno de transición divide a los participantes. Ban ki Moon se enfrentó al canciller sirio.
Después de tres años de guerra, 130.000 muertos y 9 millones de desplazados en Siria, los representantes de la comunidad internacional se encuentran en la ciudad suiza de Montreaux buscando una posibilidad de alcanzar un alto al fuego. Y la primera discusión de los dos días de conferencia abierta estuvo marcada por el papel del actual presidente del régimen sirio, Bashar al Assad, en un posible gobierno de transición. Estados Unidos se oponen terminantemente a que pueda conservar cualquier cuota de poder mientras Rusia insiste en que sin Assad no se llegará a ninguna solución.
El secretario de Estado John Kerry dijo que es “impensable” que Al Assad pueda cumplir algún papel en la transición porque “el derecho a liderar un país no proviene de la tortura”. Kerry recordó el informe de un grupo de fiscales internacionales que prueban casos de torturas y asesinatos sistemáticos por parte del régimen de Damasco y la muerte de 11.000 presos que se encontraban en las cárceles en los últimos tres años.
El canciller ruso, Sergey Lavrov, retrucó a Kerry diciendo que no había que “adelantarse a nada y mucho menos prejuzgar cualquier posible salida al conflicto”. Rusia e Irán apoyan al régimen de Al Assad pero la delegación de Teherán no pudo participar en la conferencia por el veto estadounidense. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, había invitado el domingo pasado a los iraníes a participar pero tuvo que retirar la invitación cuando desde Washington amenazaron con no asistir.
El resto de esta primera sesión de la conferencia que tiene como objetivo alcanzar un cese al fuego entre las diferentes facciones que luchan en Siria, estuvo marcada por un encendido discurso del representante del régimen sirio y los intentos por parte de Ban ki Moon por mantener la conferencia fuera de una retórica belicista.
El canciller Wallid al Moallem acusó a todos los representantes de los países árabes, europeos y estadounidenses de “apoyar a los terroristas que quieren conquistar nuestro territorio”. “Usan los petrodólares para comprarles armas”, dijo Moallen e insinuó que sin la presencia de Al Assad al mando del país Siria se convertiría en un nuevo refugio para la red terrorista de Al Qaeda. Se refería a grupos yihadistas que en los últimos meses entraron al territorio sirio y combaten tanto contra el régimen como contra los grupos prooccidentales y más liberales que comenzaron el levantamiento contra el gobierno de Al Assad hace ya tres años en el contexto de la llamada Primavera Árabe.
Cuando el secretario general de la ONU quiso interrumpir a Moallem, éste le espetó que “usted no sabe lo que sucede en Siria, vive en Nueva York, yo vivo en Damasco”. Ban ki Moon dijo que con ese nivel de discursos “los parámetros de la cumbre se rompieron”.
La conferencia continuará en forma abierta y pública hasta mañana y el viernes se iniciará una ronda de consultas privadas en la ciudad de Ginebra y de la que se espera que pueda salir un acuerdo para la ayuda a los desplazados dentro de Siria y se permita la presencia de grupos humanitarios para ayuda a la población civil atrapada por los combates.
Fuente: Clarin
El secretario de Estado John Kerry dijo que es “impensable” que Al Assad pueda cumplir algún papel en la transición porque “el derecho a liderar un país no proviene de la tortura”. Kerry recordó el informe de un grupo de fiscales internacionales que prueban casos de torturas y asesinatos sistemáticos por parte del régimen de Damasco y la muerte de 11.000 presos que se encontraban en las cárceles en los últimos tres años.
El canciller ruso, Sergey Lavrov, retrucó a Kerry diciendo que no había que “adelantarse a nada y mucho menos prejuzgar cualquier posible salida al conflicto”. Rusia e Irán apoyan al régimen de Al Assad pero la delegación de Teherán no pudo participar en la conferencia por el veto estadounidense. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, había invitado el domingo pasado a los iraníes a participar pero tuvo que retirar la invitación cuando desde Washington amenazaron con no asistir.
El resto de esta primera sesión de la conferencia que tiene como objetivo alcanzar un cese al fuego entre las diferentes facciones que luchan en Siria, estuvo marcada por un encendido discurso del representante del régimen sirio y los intentos por parte de Ban ki Moon por mantener la conferencia fuera de una retórica belicista.
El canciller Wallid al Moallem acusó a todos los representantes de los países árabes, europeos y estadounidenses de “apoyar a los terroristas que quieren conquistar nuestro territorio”. “Usan los petrodólares para comprarles armas”, dijo Moallen e insinuó que sin la presencia de Al Assad al mando del país Siria se convertiría en un nuevo refugio para la red terrorista de Al Qaeda. Se refería a grupos yihadistas que en los últimos meses entraron al territorio sirio y combaten tanto contra el régimen como contra los grupos prooccidentales y más liberales que comenzaron el levantamiento contra el gobierno de Al Assad hace ya tres años en el contexto de la llamada Primavera Árabe.
Cuando el secretario general de la ONU quiso interrumpir a Moallem, éste le espetó que “usted no sabe lo que sucede en Siria, vive en Nueva York, yo vivo en Damasco”. Ban ki Moon dijo que con ese nivel de discursos “los parámetros de la cumbre se rompieron”.
La conferencia continuará en forma abierta y pública hasta mañana y el viernes se iniciará una ronda de consultas privadas en la ciudad de Ginebra y de la que se espera que pueda salir un acuerdo para la ayuda a los desplazados dentro de Siria y se permita la presencia de grupos humanitarios para ayuda a la población civil atrapada por los combates.
Fuente: Clarin
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