- Aldo Pignanelli, economista crítico y ex presidente del Banco Central de la República, afirma que «no se puede sostener el tipo de cambio»
Después del desplome del peso argentino, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner anunció este viernes una medida inesperada. Desde el lunes, los particulares podrán comprar dólares con previa autorización del Estado. Pero la expectativa por un posible fin del «cepo cambiario» enseguida recibió un jarro de agua fría. Los expertos aseguran que se trata sólo de una «flexibilización», pero que en la práctica no va a cambiar nada y que los argentinos seguirán con problemas para adquirir moneda extranjera.
«Es una medida de efecto psicológico que en la práctica no tiene importancia. Se habilita el posible acceso a la compra de las personas físicas siempre que tengan autorización de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). El anuncio demuestra que el Gobierno ha perdido el rumbo y que está intentando calmar los ánimos», opina Aldo Pignanelli, economista y ex presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA). «No tiene incidencia. Las operaciones a través de esta vía van a ser ínfimas porque se sigue dependiendo de una autorización. El mercado sigue cerrado», agrega.
«Es una medida de efecto psicológico que en la práctica no tiene importancia. Se habilita el posible acceso a la compra de las personas físicas siempre que tengan autorización de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). El anuncio demuestra que el Gobierno ha perdido el rumbo y que está intentando calmar los ánimos», opina Aldo Pignanelli, economista y ex presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA). «No tiene incidencia. Las operaciones a través de esta vía van a ser ínfimas porque se sigue dependiendo de una autorización. El mercado sigue cerrado», agrega.
A partir del lunes
La disposición que regirá desde el próximo lunes llega en un momento en que el dólar oficial ha pasado la barrera de los 8 pesos mientras que en el mercado negro cotiza a más de 12. El peso ha sufrido en los últimos días la mayor devaluación desde 2002. En diciembre el valor oficial se situaba en torno a los 6 pesos y en menos de un mes el valor se disparó en dos puntos.
«No se puede sostener el tipo de cambio. En Argentina hay inflación y eso presiona sobre el tipo de cambio. El Gobierno emite pesos argentinos que no tienen demanda pero hay escasez de dólares y su demanda es ilimitada. Gana el dólar sobre el peso. El Gobierno tiene que salir de ese círculo. Y el BCRA está tratando de poner un dólar mas competitivo», dice Pignanelli. Según el economista, en esta devaluación con «cuentagotas» que viene haciendo el Banco Central siempre termina ganando el dólar. Para él, el tipo de cambio debería mantenerse en torno a los 9 pesos durante 2014.
En Argentina, la inflación de 2013 cerró en el 28,4%, según estimaciones de las consultoras privadas. La cifra está muy por encima del índice oficial de un 10,9%. Para contener el alza de los precios, el Gobierno lanzó el 6 de enero el acuerdo «Precios Cuidados» con las grandes cadenas de supermercados para congelar los valores de 100 productos de primera necesidad.
Es el tercer pacto de precios que Cristina Fernández pone en marcha en los últimos meses para paliar la inflación. En los primeros días de vigencia del convenio, las entidades de defensa a los consumidores denuncian que los productos no se encuentran a los precios fijados.
«Mientras el Gobierno no reconozca que la inflación es un problema del modelo, el tema no se va a solucionar con este tipo de medidas. Somos el tercer país con mayor inflación después de Venezuela y Bielorrusia. Ar gentina tendría que aplicar otro modelo macroeconómico para lograr una inflación anual del 4%. En 2014, si nada cambia, la inflación estará por encima de los 35 puntos», apunta Pignanelli.
«El primer inconveniente es el déficit fiscal que se financia con emisión monetaria. Por otro lado, el país tiene que reinsertarse en el mundo internacional financiero para tener acceso al crédito y a inversiones», concluye el economista.
Fuente: abc.es
La disposición que regirá desde el próximo lunes llega en un momento en que el dólar oficial ha pasado la barrera de los 8 pesos mientras que en el mercado negro cotiza a más de 12. El peso ha sufrido en los últimos días la mayor devaluación desde 2002. En diciembre el valor oficial se situaba en torno a los 6 pesos y en menos de un mes el valor se disparó en dos puntos.
«No se puede sostener el tipo de cambio. En Argentina hay inflación y eso presiona sobre el tipo de cambio. El Gobierno emite pesos argentinos que no tienen demanda pero hay escasez de dólares y su demanda es ilimitada. Gana el dólar sobre el peso. El Gobierno tiene que salir de ese círculo. Y el BCRA está tratando de poner un dólar mas competitivo», dice Pignanelli. Según el economista, en esta devaluación con «cuentagotas» que viene haciendo el Banco Central siempre termina ganando el dólar. Para él, el tipo de cambio debería mantenerse en torno a los 9 pesos durante 2014.
En Argentina, la inflación de 2013 cerró en el 28,4%, según estimaciones de las consultoras privadas. La cifra está muy por encima del índice oficial de un 10,9%. Para contener el alza de los precios, el Gobierno lanzó el 6 de enero el acuerdo «Precios Cuidados» con las grandes cadenas de supermercados para congelar los valores de 100 productos de primera necesidad.
Es el tercer pacto de precios que Cristina Fernández pone en marcha en los últimos meses para paliar la inflación. En los primeros días de vigencia del convenio, las entidades de defensa a los consumidores denuncian que los productos no se encuentran a los precios fijados.
«Mientras el Gobierno no reconozca que la inflación es un problema del modelo, el tema no se va a solucionar con este tipo de medidas. Somos el tercer país con mayor inflación después de Venezuela y Bielorrusia. Ar gentina tendría que aplicar otro modelo macroeconómico para lograr una inflación anual del 4%. En 2014, si nada cambia, la inflación estará por encima de los 35 puntos», apunta Pignanelli.
«El primer inconveniente es el déficit fiscal que se financia con emisión monetaria. Por otro lado, el país tiene que reinsertarse en el mundo internacional financiero para tener acceso al crédito y a inversiones», concluye el economista.
Fuente: abc.es
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