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Ucrania asfixia la relación entre Rusia y Occidente

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La situación en Ucrania acabó convirtiéndose en el tema central de la segunda jornada de la Conferencia de Seguridad de Múnich, rebosante de políticos de máximo nivel de todo el mundo. Tanto es así que terminó dejando en un segundo plano el conflicto de Siria, cuya solución se negocia en Ginebra, donde actualmente se encuentran las conversaciones en punto muerto. El líder opositor ucraniano Vitali Klichkó fue la estrella del día al acudir a Múnich, donde dio un encendido discurso ante cientos de simpatizantes de su causa en la plaza de Sendlinger Tor, a los que animó con gritos de «¡Venceremos!» y «Sin lucha no hay victoria». Pero la valoración de la crisis en el enorme país del este de Europa fue también una muestra de las divergencias entre todos los implicados en los debates e intervenciones en los salones del Hotel Bayrischer Hof. Y no faltaron los reproches.

El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, acusó a Occidente de tratar de tutelar a Ucrania y a la Unión Europea de fomentar los disturbios en el país. «¿Por qué no se condena a quienes ocupan edificios gubernamentales, atacan a la Policía o usan lemas nazis o antisemitas?», inquirió Lavrov a los presentes en su intervención que, por lo demás, no aportó novedades en el discurso de Rusia ante esta crisis. Por el contrario, los ponentes occidentales expresaron su apoyo a los manifestantes proeuropeos en Kiev y otras ciudades, como el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien aseguró que «no hay país más decisivo para el futuro de Europa que Ucrania», aunque adoptó también un tono conciliador al comentar que las soluciones a conflictos de ese tipo siempre se han alcanzado en diálogo con Moscú.

El jefe de la diplomacia alemana, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, tuvo palabras de advertencia y comentó la urgencia de una solución, ya que «si en el polvorín arde la mecha, es demasiado peligroso dejar pasar el tiempo. Y por eso debemos decirle al presidente Yanukóvich y a su gente que deben cumplir rápida y completamente con las concesiones que ha hecho a la oposición». Quien menos tapujos tuvo fue el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, al afirmar tajantemente que «el futuro de Ucrania está en la Unión Europea» y mostrarse convencido de que «el tiempo juega a nuestro favor» y en contra de los intereses de Rusia. Van Rompuy recordó además que el acuerdo de asociación que la UE estuvo a punto de suscribir con Ucrania y cuyo rechazo por el régimen de Víctor Yanukóvich dio pie a las protestas «sigue ahí» listo para su firma.

Steinmeier anunció además que el opositor ucranio, Dimitri Bulatow, que fue secuestrado y torturado y se encuentra en arresto domiciliario en Kiev, podrá abandonar su país y trasladarse a un país de la Unión Europea, según le aseguró su colega ucraniano, Leonid Koschara. Bulatow desapareció durante una semana y al reaparecer, con muestras claras de haber sido maltratado, aseguró que fue secuestrado y torturado por fuerzas del régimen de Yanukóvich.

Evitar una guerra civil

Para Vitali Klichkó, campeón mundial de boxeo de los pesos pesados y el opositor más famoso en Ucrania, todo es palabrería, ya que «no basta con mantener conversaciones y mostrar solidaridad». «No es suficiente. Me gustaría tratar puntos concretos y hablar sobre sanciones contra determinadas personas que han violado los derechos humanos. Es el único lenguaje que entienden los dictadores actuales en Ucrania», indicó. Klichkó tuvo ocasión de dialogar con la mayoría de los estadistas reunidos en la capital bávara, incluso con el actual ministro ucraniano de Exteriores, Leonid Koschara, pero su insatisfacción era evidente.

Pese a todo, Klichkó dijo que «de ninguna manera» debe agravarse la confrontación entre la oposición y el régimen de Yanukóvich y «hay que evitar el comienzo de una guerra civil», a la vez que celebró el apoyo recibido de parte de Steinmeier y Kerry.

Con un monólogo similar al que sostuvo sobre Ucrania se despachó Lavrov al abordar la crisis en Siria, aunque se mostró algo más optimista al hacer un llamamiento a consolidar los primeros «modestos avances» alcanzados en las conversaciones que se celebran en Suiza con la participación de representantes de la oposición y del gobierno de Bashar el-Asad, al que Moscú sigue respaldando sin reservas.

Kerry, que tuvo ocasión de conversar con Lavrov a puerta cerrada, reiteró sus críticas al régimen de Damasco y acusó a este de no cumplir con sus compromisos para la destrucción del arsenal químico de Siria. Por su parte, el secretario de las Naciones unidas, Ban Ki-moon, exigió de los participantes en la conferencia de Ginebra que vuelvan a la mesa de negociaciones con la intención de conseguir resultados, mientras Lajdar Brahimi, el mediador de la ONU en ese conflicto, fue mas rotundo al resumir lo conseguido hasta ahora en «nada», sin avances siquiera en el ámbito humanitario, donde tenía puestas sus esperanzas.


Fuente: larioja.com

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