- Los crimeos ya celebran abiertamente en las calles la reunificación con Rusia, conscientes de que el referéndum del domingo es un mero trámite para consumar su escisión de Ucrania.
"Estoy absolutamente convencido de que la gran mayoría de los crimeos votará el domingo a favor de la reunificación con Rusia", aseguró hoy en rueda de prensa Serguéi Axiónov, primer ministro de Crimea.
En un simbólico gesto, las autoridades separatistas retiraron hoy el escudo ucraniano de la fachada de la Rada Suprema (Legislativo) en Simferópol, capital crimea, y en su lugar izaron una enorme bandera tricolor rusa.
"Esta es la nueva bandera de Crimea", dijo orgulloso un cosaco proveniente de la región rusa de Krasnodar que forma parte del dispositivo de seguridad que acordona el Parlamento.
El festivo ambiente electoral en Simferópol está muy alejado de la tensión que se vivió cuando tropas con pasamontañas y sin distintivos aparecieron a finales de febrero en los principales enclaves estratégicos y nudos de transporte de la península.
Ahora, el orden en las calles de Crimea corre a cargo de las milicias populares de autodefensa, cuyos efectivos recibieron autorización para portar armamento después de jurar lealtad a la república.
Los rusos de Crimea están convencidos de que el ingreso en Rusia dará un vuelco a sus vidas después de más de 20 años de miseria como parte de Ucrania y es que las perspectivas económicas de formar parte del poderoso vecino del norte ha demostrado ser un factor decisivo de cara a la consulta popular.
"No puedo creerlo. Pronto seremos parte de Rusia. No conozco a nadie que quiera seguir en Ucrania. Yo nací en la Unión Soviética y Rusia es mi única patria", asegura Oleg, un joven taxista.
En las aceras, rotondas, plazas y paradas de autobús de Simferópol los únicos carteles electorales que se ven apoyan el ingreso en la Federación Rusa.
"Juntos con Rusia", rezan esos carteles, que ignoran que el 25 por ciento de los crimeos son ucranianos y un 12 por ciento tártaros, minorías que apoyan la integridad territorial de Ucrania.
En la plaza de Lenin, donde más de un centenar de efectivos de autodefensa formaba a la espera de recibir órdenes y unos moteros enarbolaban banderas rusas, el edificio del Gobierno está iluminado esta noche con eslóganes que no dejan lugar a dudas sobre el futuro de Crimea.
"Crimea es Rusia", "La casa de Crimea es Rusia" o "El futuro de Crimea está en Rusia", señalan los eslóganes ante los que los efectivos del orden prorrumpieron en un sonoro aplauso.
En la capital crimea, donde la minoría ucraniana tiene miedo a salir a la calle, no hay hueco para la opción que contempla una amplia autonomía en el seno de Ucrania, más aún después de que esta semana el Parlamento separatista aprobara ya una Declaración de Independencia.
La excepción son los tártaros que se concentraron hoy al borde de la carretera en las afueras de Simferópol para manifestar su oposición al referéndum y a favor de la retirada de las tropas rusas de territorio ucraniano.
"Crimea es Ucrania", "Putin frena la anexión de Crimea", "Gloria a Ucrania", señalaban las pancartas que enarbolaban los manifestantes.
Aunque los observadores electorales de la OSCE no acudirán a Crimea y el Tribunal Constitucional de Ucrania declaró hoy anticonstitucional el plebiscito independentista, Axiónov insistió en que el referéndum será legal independientemente del nivel de participación.
"En cualquier caso, el referéndum será legal. Garantizo que la votación será limpia y justa", aseguró Axiónov, quien recalcó que el precedente de Kosovo permitirá a los crimeos "decidir cómo y dónde vivir".
El hombre fuerte de Crimea aseguró que la próxima semana ya estará formalizada legalmente la integración con Rusia, aunque el proceso político se alargará durante casi un año.
Además negó que Rusia hubiera enviado tropas adicionales a Crimea, aparte de las que integran la Flota del mar Negro desplegadas en el puerto de Sebastopol, y recordó que el Ejército ruso ha estado siempre presente en la península desde el siglo XVIII.
Además de los 1,5 millones de crimeos, el domingo también acudirán a las urnas más de 300.000 habitantes del municipio de Sebastopol, la ciudad más rusa de la península, que depende administrativamente de Kiev.
En Sebastopol, que también quiere ingresar en Rusia como ente federado, la victoria de la opción rusa está garantizada de antemano, ya que más del 90 por ciento de sus habitantes son rusos étnicos.
EFE
En un simbólico gesto, las autoridades separatistas retiraron hoy el escudo ucraniano de la fachada de la Rada Suprema (Legislativo) en Simferópol, capital crimea, y en su lugar izaron una enorme bandera tricolor rusa.
"Esta es la nueva bandera de Crimea", dijo orgulloso un cosaco proveniente de la región rusa de Krasnodar que forma parte del dispositivo de seguridad que acordona el Parlamento.
El festivo ambiente electoral en Simferópol está muy alejado de la tensión que se vivió cuando tropas con pasamontañas y sin distintivos aparecieron a finales de febrero en los principales enclaves estratégicos y nudos de transporte de la península.
Ahora, el orden en las calles de Crimea corre a cargo de las milicias populares de autodefensa, cuyos efectivos recibieron autorización para portar armamento después de jurar lealtad a la república.
Los rusos de Crimea están convencidos de que el ingreso en Rusia dará un vuelco a sus vidas después de más de 20 años de miseria como parte de Ucrania y es que las perspectivas económicas de formar parte del poderoso vecino del norte ha demostrado ser un factor decisivo de cara a la consulta popular.
"No puedo creerlo. Pronto seremos parte de Rusia. No conozco a nadie que quiera seguir en Ucrania. Yo nací en la Unión Soviética y Rusia es mi única patria", asegura Oleg, un joven taxista.
En las aceras, rotondas, plazas y paradas de autobús de Simferópol los únicos carteles electorales que se ven apoyan el ingreso en la Federación Rusa.
"Juntos con Rusia", rezan esos carteles, que ignoran que el 25 por ciento de los crimeos son ucranianos y un 12 por ciento tártaros, minorías que apoyan la integridad territorial de Ucrania.
En la plaza de Lenin, donde más de un centenar de efectivos de autodefensa formaba a la espera de recibir órdenes y unos moteros enarbolaban banderas rusas, el edificio del Gobierno está iluminado esta noche con eslóganes que no dejan lugar a dudas sobre el futuro de Crimea.
"Crimea es Rusia", "La casa de Crimea es Rusia" o "El futuro de Crimea está en Rusia", señalan los eslóganes ante los que los efectivos del orden prorrumpieron en un sonoro aplauso.
En la capital crimea, donde la minoría ucraniana tiene miedo a salir a la calle, no hay hueco para la opción que contempla una amplia autonomía en el seno de Ucrania, más aún después de que esta semana el Parlamento separatista aprobara ya una Declaración de Independencia.
La excepción son los tártaros que se concentraron hoy al borde de la carretera en las afueras de Simferópol para manifestar su oposición al referéndum y a favor de la retirada de las tropas rusas de territorio ucraniano.
"Crimea es Ucrania", "Putin frena la anexión de Crimea", "Gloria a Ucrania", señalaban las pancartas que enarbolaban los manifestantes.
Aunque los observadores electorales de la OSCE no acudirán a Crimea y el Tribunal Constitucional de Ucrania declaró hoy anticonstitucional el plebiscito independentista, Axiónov insistió en que el referéndum será legal independientemente del nivel de participación.
"En cualquier caso, el referéndum será legal. Garantizo que la votación será limpia y justa", aseguró Axiónov, quien recalcó que el precedente de Kosovo permitirá a los crimeos "decidir cómo y dónde vivir".
El hombre fuerte de Crimea aseguró que la próxima semana ya estará formalizada legalmente la integración con Rusia, aunque el proceso político se alargará durante casi un año.
Además negó que Rusia hubiera enviado tropas adicionales a Crimea, aparte de las que integran la Flota del mar Negro desplegadas en el puerto de Sebastopol, y recordó que el Ejército ruso ha estado siempre presente en la península desde el siglo XVIII.
Además de los 1,5 millones de crimeos, el domingo también acudirán a las urnas más de 300.000 habitantes del municipio de Sebastopol, la ciudad más rusa de la península, que depende administrativamente de Kiev.
En Sebastopol, que también quiere ingresar en Rusia como ente federado, la victoria de la opción rusa está garantizada de antemano, ya que más del 90 por ciento de sus habitantes son rusos étnicos.
EFE
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