Esta obra se enmarca en la decimosegunda entrega del proyecto "El Valor Económico del Español" de Fundación Telefónica que, en esta ocasión, está dedicada al análisis del español como lengua científica, según detallan sus impulsores. En la obra también se anima a los investigadores españoles a que traten de utilizar el inglés en la presentación de sus resultados investigadores.
Así, explican que en el caso de las ciencias de la naturaleza, en las disciplinas técnicas y en los usos tecnológicos de amplio consumo, que generan nuevo léxico de forma extraordinaria, esta aceptación automática de términos foráneos por el hablante no se traduce después a palabras de uso propio del español.
Por ello, se cristalizan expresiones en el idioma frente a las que no cabe resistencia, según los expertos, por el ritmo cada vez más acelerado de cambio y su generalizado y masivo uso común. De este modo, se "tuitea", se "cliquea" en la pantalla del ordenador y se "resetea" el portátil o smartphone, vocablos que aún no ha admitido la RAE, pero aceptadas por los hispanohablantes.
Por otro lado, el libro recoge tres estudios referidos al papel del español en cada uno de los grandes campos del saber: las ciencias sociales; las ciencias de la naturaleza, las ciencias biomédicas y las disciplinas técnicas; y en las humanidades.
En la segunda parte, el estudio ofrece dos aportaciones complementarias. Por un lado, un estudio bibliométrico de la publicación científica en español en cada una de las grandes áreas de conocimiento y que arroja un balance negativo ya que el papel del español es marginal en el ámbito de la producción científica. Posteriormente, estudia el papel que el español ha tenido en la atracción de universidades internacionales.
La tercera parte recoge una síntesis de las opiniones ofrecidas por quince expertos: Emilio Lamo de Espinosa, Fernando Vallespín, Cristóbal Torres Albero, Josefina Gómez Mendoza, Joaquín Arango, Alfonso Pérez-Agote, Antonio Campos, Rodolfo Gutiérrez, Aurelia Modrego, Daniel Martín Mayorga, Julia García Agustín, Mariano Fernández Enguita, Javier García Cañete, Elena Primo y Aránzazu Narbona.
Fuente: Europapress
Así, explican que en el caso de las ciencias de la naturaleza, en las disciplinas técnicas y en los usos tecnológicos de amplio consumo, que generan nuevo léxico de forma extraordinaria, esta aceptación automática de términos foráneos por el hablante no se traduce después a palabras de uso propio del español.
Por ello, se cristalizan expresiones en el idioma frente a las que no cabe resistencia, según los expertos, por el ritmo cada vez más acelerado de cambio y su generalizado y masivo uso común. De este modo, se "tuitea", se "cliquea" en la pantalla del ordenador y se "resetea" el portátil o smartphone, vocablos que aún no ha admitido la RAE, pero aceptadas por los hispanohablantes.
Por otro lado, el libro recoge tres estudios referidos al papel del español en cada uno de los grandes campos del saber: las ciencias sociales; las ciencias de la naturaleza, las ciencias biomédicas y las disciplinas técnicas; y en las humanidades.
En la segunda parte, el estudio ofrece dos aportaciones complementarias. Por un lado, un estudio bibliométrico de la publicación científica en español en cada una de las grandes áreas de conocimiento y que arroja un balance negativo ya que el papel del español es marginal en el ámbito de la producción científica. Posteriormente, estudia el papel que el español ha tenido en la atracción de universidades internacionales.
La tercera parte recoge una síntesis de las opiniones ofrecidas por quince expertos: Emilio Lamo de Espinosa, Fernando Vallespín, Cristóbal Torres Albero, Josefina Gómez Mendoza, Joaquín Arango, Alfonso Pérez-Agote, Antonio Campos, Rodolfo Gutiérrez, Aurelia Modrego, Daniel Martín Mayorga, Julia García Agustín, Mariano Fernández Enguita, Javier García Cañete, Elena Primo y Aránzazu Narbona.
Fuente: Europapress
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