18-04-24.- El juicio penal contra Donald Trump, el primer expresidente de la historia de Estados Unidos que se sienta en el banquillo, arrancó este lunes en un tribunal de Nueva York, en plena campaña presidencial de 2024.
A lo largo de la mañana, el juez instructor Juan M. Merchan, de origen colombiano, rechazó varias mociones de la defensa, entre ellas, que se apartase del caso.
El magistrado también advirtió al magnate, quien por momentos movía la cabeza con fastidio para expresar su desaprobación y llegó a ser sorprendido durmiéndose, que puede ser acusado de desacato en caso de interrupción del proceso.
El próximo 24 de abril se dirimirá en una audiencia una denuncia de la fiscalía de que el republicano de 77 años ha violado la orden del juez que le prohibió referirse al caso, en particular en sus redes sociales, donde suele despotricar contra Merchan, su familia y los testigos que se presentarán al juicio.
Trump está acusado de ocultar un pago de 130.000 dólares a la exactriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre una supuesta relación extramatrimonial que se remonta a 2006 y proteger su campaña electoral de 2016, que finalmente ganó contra la demócrata Hillary Clinton.
El multimillonario no está acusado por el pago en sí para ocultar una relación sexual que él siempre ha negado, sino por haberlo disfrazado como gastos legales de la Organización Trump, la empresa familiar, lo que puede acarrearle una condena de hasta cuatro años de cárcel.
Su suerte estará en manos de un jurado de 12 miembros y seis suplentes que empezaron a ser seleccionados este lunes de entre centenares de candidatos potenciales y que emitirán un veredicto unánime al cabo de un juicio que se calcula puede durar hasta dos meses.
De los primeros 96 candidatos que entraron en la sala, más de medio centenar levantaron la mano para decir que no serían imparciales y fueron excusados.
Elegidos por sorteo, los candidatos responden a un número para ocultar sus nombres por razones de seguridad y tienen que responder a un minucioso cuestionario sobre sus simpatías políticas, los medios en los que se informan, y sobre su imparcialidad y capacidad para definir la suerte de uno de los políticos más influyentes de los últimos tiempos, tanto en Estados Unidos como en el mundo. La selección puede durar varios días.
Una sentencia de culpabilidad no sería obstáculo para que Trump se presente a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, en las que se enfrentará por segunda vez al demócrata Joe Biden, que lo derrotó hace cuatro años. Ni siquiera para que ejerza la presidencia.
Persecución política
Para el republicano, el juicio es una “persecución política” orquestada por los demócratas para impedirle lograr su anhelado sueño de volver a la Casa Blanca. “Esto es un asalto a Estados Unidos. Nunca había ocurrido nada parecido”, dijo el republicano a su llegada al tribunal.
El millonario está acusado de 34 falsificaciones de documentos contables de la Organización Trump para camuflar como “gastos legales” los pagos realizados a Stormy Daniels, que adelantó de su bolsillo el entonces abogado de Trump y hombre de confianza, Michael Cohen, actualmente su enemigo jurado y quien será uno de los testigos claves de la acusación.
El juicio tendrá que demostrar qué sabía Trump de dichos pagos, por los que Cohen ya fue condenado.
Interferencia electoral
Este es uno de los numerosos frentes abiertos del magnate neoyorquino que amasó su fortuna en el sector inmobiliario y la construcción de campos de golf, y que denuncia ser víctima de “una caza de brujas”.
El republicano está también acusado de tratar de revertir los resultados de las presidenciales de 2020 y por el manejo que hizo de documentos clasificados que se llevó a su casa cuando dejó la Casa Blanca.
“Lo que está en juego es mucho, porque Trump y sus abogados han logrado hasta ahora retrasar los (otros) juicios” para después de las elecciones, dice a la AFP Carl Tobias profesor de derecho de la Universidad de Richmond.
Sin embargo, lejos de impactar su carrera fulgurante a la presidencia, estos frentes judiciales parecen reforzarla entre sus incondicionales.
Shawn, entre el puñado de seguidores que acudió a apoyarle, asegura que “se está llegando a un punto realmente ridículo”. “Al final del día es interferencia electoral. Están tratando de impedir que un oponente político gane”, dijo a la AFP.
Su detractora Jamie Bauer sostiene, por el contrario, que la “interferencia electoral” estuvo en el pago por silencio “para acallar información que él consideraba perjudicial para su campaña”.
Fuente: AFP
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