En su última entrevista antes de la coronación que los convertirá en reyes de Holanda, tras la abdicación de la reina Beatriz, Guillermo Alejandro y Máxima Zorreguieta se mostraron distendidos, en un anticipo de lo que será el nuevo estilo de la realeza en el País Bajo.
Los futuros reyes, risueños y relajados, minimizaron el papel del protocolo, hablaron de sus familias y de sus planes para el país, en una entrevista grabada con el canal estatal NOS y la cadena privada RTL 4 y transmitida ayer.
"Quiero ser un rey del siglo XXI, que pueda estar junto a la sociedad", dijo el heredero de la corona, quien, junto a su mujer, declaró que no es necesario que a partir del próximo 30 de abril, despuésde la coronación, la gente cambie el trato hacia ellos. Así, el futuro rey mostró una señal de que será un monarca informal más semejante al estilo de su abuela, la reina Juliana -conocida por su perfil bajo y por andar en bicicleta en público-, que al de su madre, la reina Beatriz.
"No soy un fetichista del protocolo. La gente puede dirigirse a mí de la forma que consideren conveniente, del modo en que se sientan más cómodos. No soy ningún obsesionado del protocolo. Seré Rey, pero también un ser humano", dijo Guillermo en la entrevista, y aclaró que le gustaría mantener su nombre, y no cambiarlo por Guillermo IV.
En la misma línea, Máxima, que se convertirá en reina consorte a fin de mes, completó: "Todo el mundo me llama Máxima por la calle. Al fin y al cabo no es tan relevante que te llamen Princesa o Reina. Lo importante es el título que representamos".
La princesa de origen argentino también expresó que desea mantener sus responsabilidades laborales aún después de convertirse en reina. "Mi intención es continuar, especialmente en el caso de mis actividades en el exterior. No sólo porque me apasionan sino también porque creo que son beneficiosas para la imagen de Holanda", expresó.
Fuente googlenoticias
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