El secretario general de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, externó en un comunicado su consternación por la persistente violencia entre las comunidades en ese país, así como por informaciones relativas al hallazgo de decenas de cadáveres en Bangui, la capital.
Estableció por ello que es urgente dar seguridad y protección a la población civil, ofrecer asistencia humanitaria e impulsar las pláticas de paz y pidió a las autoridades transitorias cumplir con su obligación de actuar contra aquellos que usan la violencia y la fomentan.
En ese sentido, el titular de la ONU dio la bienvenida a los llamados a la calma expresados por líderes religiosos cristianos y musulmanes, en un intento por detener los frecuentes ataques sectarios que ocurren en ese país africano.
La violencia en la República Centroafricana comenzó luego de que el presidente Francois Bozize fuera obligado en marzo a huir del país por una ofensiva de la coalición de rebeldes Seleka, que ha formado un gobierno de transición que no ha logrado estabilidad.
El conflicto armado parece tomar además un rostro religioso y comunidades cristianas y musulmanes han montado ofensivas mutuas.
Agencias de la ONU reportaron que suman 600 las personas que han perdido la vida en el conflicto tan sólo en lo que va de diciembre y que unas 159 mil individuos han debido dejar sus lugares de origen para evitar la violencia.
Fuente: el economista
Estableció por ello que es urgente dar seguridad y protección a la población civil, ofrecer asistencia humanitaria e impulsar las pláticas de paz y pidió a las autoridades transitorias cumplir con su obligación de actuar contra aquellos que usan la violencia y la fomentan.
En ese sentido, el titular de la ONU dio la bienvenida a los llamados a la calma expresados por líderes religiosos cristianos y musulmanes, en un intento por detener los frecuentes ataques sectarios que ocurren en ese país africano.
La violencia en la República Centroafricana comenzó luego de que el presidente Francois Bozize fuera obligado en marzo a huir del país por una ofensiva de la coalición de rebeldes Seleka, que ha formado un gobierno de transición que no ha logrado estabilidad.
El conflicto armado parece tomar además un rostro religioso y comunidades cristianas y musulmanes han montado ofensivas mutuas.
Agencias de la ONU reportaron que suman 600 las personas que han perdido la vida en el conflicto tan sólo en lo que va de diciembre y que unas 159 mil individuos han debido dejar sus lugares de origen para evitar la violencia.
Fuente: el economista
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