En la plaza que da entrada a la Basílica de la Natividad, miles de personas se congregaron para ver el desfile de innumerables bandas de boyscouts procedentes de Cisjordania, Jerusalén y Nazaret, así como representantes de las órdenes religiosas de Tierra Santa que precedieron en procesión la llegada de la autoridad religiosa en un ritual que se repite año tras año.
"La verdad es que es una experiencia que recomendaría porque es una Navidad diferenteque no tiene nada que ver con la que podemos vivir en nuestras ciudades. Y el ambiente de amistad y regocijo que hay invita a venir y a disfrutar de ella", explicó a Efe Ángel, de Tenerife, que se encontraba en la zona con su familia por motivos de trabajo y decidió celebrar las fiestas en la ciudad santa.
"Me ha sorprendido gratamente por la afinidad que hay entre las distintas congregaciones y religiones que conviven aquí en Belén", matizó mientras disfrutaba del desfile de bandas musicales.
El momento de máxima expectación se vivió con la llegada del patriarca latino de Jerusalén, Fuad Twal a la plaza, donde fue recibido por una delegación religiosa que le guió hasta la Basílica de la Natividad, en cuyo interior le esperaban cientos de creyentes y curiosos.
Twal, máxima autoridad católica en la zona, entró en la ciudad que vio nacer a Jesús tras su tradicional peregrinaje desde Jerusalén, a siete kilómetros de distancia, desde donde fue escoltado por la policía israelí y, una vez en Cisjordania, por la de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Momentos después, un concierto navideño dio inicio a una serie de eventos culturales en un escenario instalado en la plaza del Pesebre, junto al tradicional belén y un gran árbol de Navidad.
"Estamos muy orgullosos de tener la oportunidad de vestir nuestros trajes nacionales y poder enseñar al mundo parte de nuestra cultura", contó a Efe Mira, de 23 años y originaria de Belén, vestida con un traje tradicional palestino mientras preparaba su actuación para esta tarde, en la que mensajes de paz serán leídos en varios idiomas como deseo de unión entre todos los pueblos.
Los eventos festivos y los servicios religiosos tuvieron lugar bajo un fuerte dispositivo de seguridad en vistas a la llegada del presidente de la ANP, Mahmud Abás, quien participó de la misa del Gallo en la Basílica, de 1,700 años de antigüedad y uno de los principales atractivos para los peregrinos cristianos en Tierra Santa durante Navidad.
INFOBAE
"La verdad es que es una experiencia que recomendaría porque es una Navidad diferenteque no tiene nada que ver con la que podemos vivir en nuestras ciudades. Y el ambiente de amistad y regocijo que hay invita a venir y a disfrutar de ella", explicó a Efe Ángel, de Tenerife, que se encontraba en la zona con su familia por motivos de trabajo y decidió celebrar las fiestas en la ciudad santa.
"Me ha sorprendido gratamente por la afinidad que hay entre las distintas congregaciones y religiones que conviven aquí en Belén", matizó mientras disfrutaba del desfile de bandas musicales.
El momento de máxima expectación se vivió con la llegada del patriarca latino de Jerusalén, Fuad Twal a la plaza, donde fue recibido por una delegación religiosa que le guió hasta la Basílica de la Natividad, en cuyo interior le esperaban cientos de creyentes y curiosos.
Twal, máxima autoridad católica en la zona, entró en la ciudad que vio nacer a Jesús tras su tradicional peregrinaje desde Jerusalén, a siete kilómetros de distancia, desde donde fue escoltado por la policía israelí y, una vez en Cisjordania, por la de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Momentos después, un concierto navideño dio inicio a una serie de eventos culturales en un escenario instalado en la plaza del Pesebre, junto al tradicional belén y un gran árbol de Navidad.
"Estamos muy orgullosos de tener la oportunidad de vestir nuestros trajes nacionales y poder enseñar al mundo parte de nuestra cultura", contó a Efe Mira, de 23 años y originaria de Belén, vestida con un traje tradicional palestino mientras preparaba su actuación para esta tarde, en la que mensajes de paz serán leídos en varios idiomas como deseo de unión entre todos los pueblos.
Los eventos festivos y los servicios religiosos tuvieron lugar bajo un fuerte dispositivo de seguridad en vistas a la llegada del presidente de la ANP, Mahmud Abás, quien participó de la misa del Gallo en la Basílica, de 1,700 años de antigüedad y uno de los principales atractivos para los peregrinos cristianos en Tierra Santa durante Navidad.
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