- Aunque son hasta un 40% menos que el año pasado, se hacen notar; compran todo con tarjeta y comen menos afuera, pero en el súper gastan como en Buenos Aires.
FLORIANÓPOLIS.- Del casi 90% de ocupación que ha habido durante esta primera quincena en las playas del norte de la isla de Santa Catarina, los argentinos, dicen por aquí, ya no son los responsables. Es cierto. Pero lejos de los pronósticos que aseguraban que este año muy pocos viajarían a Brasil, su presencia se hace notar. Se los escucha durante las caminatas en la playa, se los ve en los restaurantes, se los cruza en los paradores pidiendo una caipirinha o un suco de maracujá y se los divisa a distancia cuando están jugando al tejo. Pero hay un momento del día donde son verdaderos protagonistas, porque a diferencia de los brasileños y los paraguayos (que crecieron en visitantes este año), que abandonan la playa temprano, los argentinos aprovechan la arena hasta último momento, y el atardecer a orillas del mar en Florianópolis tiene acento porteño, cordobés, tucumano, misionero o correntino.
En las inmobiliarias locales, restaurantes y hoteles todos coinciden: en comparación con la temporada anterior, hay este año casi un 40% menos de argentinos. Sin embargo, a pesar del aumento en el recargo a los consumos en el exterior -que pasó del 20 al 35 por ciento-, la dificultad para comprar reales antes de viajar y el trayecto en auto de casi 1760 kilómetros (si se viene desde Buenos Aires), miles de turistas argentinos eligieron este destino para disfrutar de sus vacaciones. Ellos dicen que Brasil siempre les asegura buen clima, tranquilidad, buenos servicios y, sobre todo, buena onda.
Eso sí, pagan todo lo que pueden con tarjeta, incluso los jugos o los vestidos que ofrecen los vendedores ambulantes en la playa, ahorran en salidas a los restaurantes más caros y van más al supermercado, un punto en donde todas las familias consultadas por LA NACION pinaron de la misma manera. "Cuando vas al súper, te das cuenta de que los precios son iguales o incluso más baratos que en la Argentina. Incluso, multiplicando todo por 4,5". Lo dicen Raquel Romero y Mariana Domenech de Ezcurra, que este año llegó con su esposo y sus cuatro hijos el 28 de diciembre para pasar Año Nuevo en estas playas, una tendencia muy fuerte que no se daba en temporadas anteriores. Pero ese mismo razonamiento lo hacen los Politti, los Gallo, los Via Uranga, los Domínguez, los Bouvie, los Solari, los Méndez y los Nicolini, todas familias argentinas que, a pesar de la coyuntura, decidieron armar las valijas y emprender viaje a Brasil.
"No son vacaciones de bajo presupuesto, está claro, pero no me cuesta más de lo que yo pagaría en Mar del Plata, a donde también solemos ir en familia", dice Micky Nicolini, que se hospedó en un hotel en Praia Brava. "¿Sabés cuánto cuesta acá el kilo de carré de cerdo? 65 pesos. Y un pollo entero con papas fritas para llevar está menos de 100 pesos", detalla Gabriela Via Uranga, que usa la tarjeta de crédito hasta para comprarse una bikini en la playa.
En cuestión de preferencias, Praia Brava, Lagoinha y Cachoeira do Bom Jesús son desde hace años enclaves exclusivos y tradicionales de los argentinos. Y sucede lo mismo este año, aunque sean menos en cantidad. "No hay otra como Lagoinha. Cada vez que les pregunto a mis hijos si quieren cambiar de playa todos votan por quedarse acá. El agua es cálida, la playa es tranquila y tiene una onda familiar que nos encanta", cuenta Catalina, que vino con su esposo, sus cuatro hijos y dos de sus novias respectivas.
En la vecina Praia Brava sucede algo muy similar, y tanto los Solari, como los Politti y los Gallo, están encantados con el lugar. "Es la primera vez que venimos en familia, y la noche en el hotel en Praia Brava nos costaba lo mismo que el alquiler por día de la casa en Monte Hermoso, sólo que entre una playa y otra hay un mundo de diferencia. Pagamos 1200 pesos por noche por los cuatro, lo sacamos por Despegar.com y en cuotas", revelan los Solari, que recorrieron 3000 kilómetros en auto desde Neuquén. Un panorama similar al de los Gallo, que se quedarán hasta pasado mañana en la isla, y que para abonar los gastos en efectivo decidieron traer pesos y cambiarlos aquí por reales. "Hice todos los trámites y la AFIP me dejó comprar 300 reales, un chiste", dice Pablo Gallo. En las casas de cambio en el aeropuerto de Florianópolis, por 1000 pesos argentinos se reciben 230 reales, y los "arbolitos" parados en las esquinas de Canasvieiras o Ingleses ofrecen 200 reales por 1000 pesos argentinos, y ellos aseguran que una gran cantidad de turistas ha venido directamente con pesos.
Para tener una idea, en la playa, con la posibilidad de mojar los pies en la orilla del mar, una cerveza cuesta 4 reales (unos 18 pesos); igual que un clásico milho con manteca y sal; un agua mineral, 2, 5 reales (11,5 pesos); una caipirinha, 8 reales (36 pesos); lo mismo que un sándwich completo de pollo, atún o carne. "Te das cuenta que incluso en la playa los precios no son prohibitivos. Es más, son un chiste comparados con los de la costa argentina", comenta Elena, que se aloja con su familia en Lagoinha.
En cuestión de alojamientos, las inmobiliarias revelan valores promedio que van desde los 350 a 500 reales por día para un departamento para una familia tipo en uno de los condominios de Praia Brava. La diferencia de precio está en la ubicación, ya que los más caros están sobre la playa.
Las casas en Lagoinha o Cachoeira, también para cuatro personas, parten desde los 300 reales por día, mientras que las casas más grandes frente al mar, con salida directa a la playa, que suelen ser de 4 o 5 habitaciones, parten de los 1000 reales por día.
Fuente: lanacion.com.ar
En las inmobiliarias locales, restaurantes y hoteles todos coinciden: en comparación con la temporada anterior, hay este año casi un 40% menos de argentinos. Sin embargo, a pesar del aumento en el recargo a los consumos en el exterior -que pasó del 20 al 35 por ciento-, la dificultad para comprar reales antes de viajar y el trayecto en auto de casi 1760 kilómetros (si se viene desde Buenos Aires), miles de turistas argentinos eligieron este destino para disfrutar de sus vacaciones. Ellos dicen que Brasil siempre les asegura buen clima, tranquilidad, buenos servicios y, sobre todo, buena onda.
Eso sí, pagan todo lo que pueden con tarjeta, incluso los jugos o los vestidos que ofrecen los vendedores ambulantes en la playa, ahorran en salidas a los restaurantes más caros y van más al supermercado, un punto en donde todas las familias consultadas por LA NACION pinaron de la misma manera. "Cuando vas al súper, te das cuenta de que los precios son iguales o incluso más baratos que en la Argentina. Incluso, multiplicando todo por 4,5". Lo dicen Raquel Romero y Mariana Domenech de Ezcurra, que este año llegó con su esposo y sus cuatro hijos el 28 de diciembre para pasar Año Nuevo en estas playas, una tendencia muy fuerte que no se daba en temporadas anteriores. Pero ese mismo razonamiento lo hacen los Politti, los Gallo, los Via Uranga, los Domínguez, los Bouvie, los Solari, los Méndez y los Nicolini, todas familias argentinas que, a pesar de la coyuntura, decidieron armar las valijas y emprender viaje a Brasil.
"No son vacaciones de bajo presupuesto, está claro, pero no me cuesta más de lo que yo pagaría en Mar del Plata, a donde también solemos ir en familia", dice Micky Nicolini, que se hospedó en un hotel en Praia Brava. "¿Sabés cuánto cuesta acá el kilo de carré de cerdo? 65 pesos. Y un pollo entero con papas fritas para llevar está menos de 100 pesos", detalla Gabriela Via Uranga, que usa la tarjeta de crédito hasta para comprarse una bikini en la playa.
En cuestión de preferencias, Praia Brava, Lagoinha y Cachoeira do Bom Jesús son desde hace años enclaves exclusivos y tradicionales de los argentinos. Y sucede lo mismo este año, aunque sean menos en cantidad. "No hay otra como Lagoinha. Cada vez que les pregunto a mis hijos si quieren cambiar de playa todos votan por quedarse acá. El agua es cálida, la playa es tranquila y tiene una onda familiar que nos encanta", cuenta Catalina, que vino con su esposo, sus cuatro hijos y dos de sus novias respectivas.
En la vecina Praia Brava sucede algo muy similar, y tanto los Solari, como los Politti y los Gallo, están encantados con el lugar. "Es la primera vez que venimos en familia, y la noche en el hotel en Praia Brava nos costaba lo mismo que el alquiler por día de la casa en Monte Hermoso, sólo que entre una playa y otra hay un mundo de diferencia. Pagamos 1200 pesos por noche por los cuatro, lo sacamos por Despegar.com y en cuotas", revelan los Solari, que recorrieron 3000 kilómetros en auto desde Neuquén. Un panorama similar al de los Gallo, que se quedarán hasta pasado mañana en la isla, y que para abonar los gastos en efectivo decidieron traer pesos y cambiarlos aquí por reales. "Hice todos los trámites y la AFIP me dejó comprar 300 reales, un chiste", dice Pablo Gallo. En las casas de cambio en el aeropuerto de Florianópolis, por 1000 pesos argentinos se reciben 230 reales, y los "arbolitos" parados en las esquinas de Canasvieiras o Ingleses ofrecen 200 reales por 1000 pesos argentinos, y ellos aseguran que una gran cantidad de turistas ha venido directamente con pesos.
Para tener una idea, en la playa, con la posibilidad de mojar los pies en la orilla del mar, una cerveza cuesta 4 reales (unos 18 pesos); igual que un clásico milho con manteca y sal; un agua mineral, 2, 5 reales (11,5 pesos); una caipirinha, 8 reales (36 pesos); lo mismo que un sándwich completo de pollo, atún o carne. "Te das cuenta que incluso en la playa los precios no son prohibitivos. Es más, son un chiste comparados con los de la costa argentina", comenta Elena, que se aloja con su familia en Lagoinha.
En cuestión de alojamientos, las inmobiliarias revelan valores promedio que van desde los 350 a 500 reales por día para un departamento para una familia tipo en uno de los condominios de Praia Brava. La diferencia de precio está en la ubicación, ya que los más caros están sobre la playa.
Las casas en Lagoinha o Cachoeira, también para cuatro personas, parten desde los 300 reales por día, mientras que las casas más grandes frente al mar, con salida directa a la playa, que suelen ser de 4 o 5 habitaciones, parten de los 1000 reales por día.
Fuente: lanacion.com.ar
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