- La rebelión del este de Ucrania contra el poder central en Kiev se extiende y se arma.
El sábado, los activistas de la autodenominada República Popular de Donetsk (RPD), que hasta ahora controlaban solo el edificio de la Administración Provincial ocupado el 6 de abril, tomaron la iniciativa y se hicieron con varios edificios públicos en la localidad de Slaviansk, a más de un centenar de kilómetros al norte de Donetsk.
Según fuentes de los manifestantes, se trata de tres comisarías de policía, la sede local del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y la alcaldía.
Las autoridades de Ucrania consideran los sucesos del sábado como “una manifestación de agresión exterior por parte de la Federación Rusa”, según afirmó el ministro del interior, Arsén Avákov, en su página de Facebook, en la que confirmó que el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa se había reunido con carácter urgente en Kiev. “Los grupos de fuerzas del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa cumplen el plan operativo de reacción”, manifestó Avákov, sin dar detalles.
El ministro dijo también que se estaban produciendo tiroteos en la localidad de Kramatorsk (a unos 17 kilómetros al sur de Slaviansk), donde unos desconocidos estaban asaltando la sede de la policía, que repelía la agresión. En Krasni Liman, al norte de Slaviansk, se había producido un ataque de los rebeldes que, según Avákov, portaban unos fusiles de producción rusa AK de un modelo que “se encuentra solo en poder de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa”. En Slaviansk ha sido destruida la torre de comunicaciones móviles.
Las autoridades centrales equiparan los mítines y manifestaciones prorusas en el este de Ucrania con “terrorismo”, y, si deciden sofocar la rebelión de forma expeditiva, está por ver cuál es su capacidad real para ello, dado el problema de lealtades de las tropas de intervención especial (las antiguas Berkut), responsabilizadas de los sangrientos enfrentamientos de febrero en Kiev.
En Donetsk capital, las tropas de intervención especial anunciaron ayer que se niegan a cumplir órdenes de desalojar los edificios ocupados. Un grupo de representantes de estas unidades, con el uniforme con cintas de San Jorge (símbolo prorruso), intervinieron ante la delegación provincial del Ministerio del Interior y frente a la administración provincial, para hacer saber que no iban a actuar contra el pueblo y que, si se producía un asalto, “defenderían a la población”.
Por la noche, el Gobierno provisional de la RPD consideraba la posibilidad de pedir a las ex Berkut que custodiaran el edificio que ocupa. Para ello, se disponía a iniciar conversaciones con esas unidades especiales, cuyos representantes habían vuelto a sus bases tras su declaración pública.
La ofensiva a escala regional ha comenzado por la mañana en la delegación policial en Slaviansk, donde los asaltantes se hicieron con 20 fusiles ametralladores y 400 pistolas Makárov. Luego fue asaltada la sede local del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). La alcaldesa, Nelia Shtepa, anunció que su localidad celebrará el referéndum para decidir si la provincia debe independizarse de Ucrania y unirse a Rusia.
CET/El pais
Las autoridades de Ucrania consideran los sucesos del sábado como “una manifestación de agresión exterior por parte de la Federación Rusa”, según afirmó el ministro del interior, Arsén Avákov, en su página de Facebook, en la que confirmó que el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa se había reunido con carácter urgente en Kiev. “Los grupos de fuerzas del Ministerio del Interior y del Ministerio de Defensa cumplen el plan operativo de reacción”, manifestó Avákov, sin dar detalles.
El ministro dijo también que se estaban produciendo tiroteos en la localidad de Kramatorsk (a unos 17 kilómetros al sur de Slaviansk), donde unos desconocidos estaban asaltando la sede de la policía, que repelía la agresión. En Krasni Liman, al norte de Slaviansk, se había producido un ataque de los rebeldes que, según Avákov, portaban unos fusiles de producción rusa AK de un modelo que “se encuentra solo en poder de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa”. En Slaviansk ha sido destruida la torre de comunicaciones móviles.
Las autoridades centrales equiparan los mítines y manifestaciones prorusas en el este de Ucrania con “terrorismo”, y, si deciden sofocar la rebelión de forma expeditiva, está por ver cuál es su capacidad real para ello, dado el problema de lealtades de las tropas de intervención especial (las antiguas Berkut), responsabilizadas de los sangrientos enfrentamientos de febrero en Kiev.
En Donetsk capital, las tropas de intervención especial anunciaron ayer que se niegan a cumplir órdenes de desalojar los edificios ocupados. Un grupo de representantes de estas unidades, con el uniforme con cintas de San Jorge (símbolo prorruso), intervinieron ante la delegación provincial del Ministerio del Interior y frente a la administración provincial, para hacer saber que no iban a actuar contra el pueblo y que, si se producía un asalto, “defenderían a la población”.
Por la noche, el Gobierno provisional de la RPD consideraba la posibilidad de pedir a las ex Berkut que custodiaran el edificio que ocupa. Para ello, se disponía a iniciar conversaciones con esas unidades especiales, cuyos representantes habían vuelto a sus bases tras su declaración pública.
La ofensiva a escala regional ha comenzado por la mañana en la delegación policial en Slaviansk, donde los asaltantes se hicieron con 20 fusiles ametralladores y 400 pistolas Makárov. Luego fue asaltada la sede local del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). La alcaldesa, Nelia Shtepa, anunció que su localidad celebrará el referéndum para decidir si la provincia debe independizarse de Ucrania y unirse a Rusia.
CET/El pais
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