Miles de habitantes del norte de Chile vivieron la segunda noche de terror tras dos potentes terremotos, alertas de tsunamis y decenas de réplicas, algunas superiores a magnitud 6.0.
El martes por la noche un potente sismo de magnitud 8.2 se registró frente a las costas de Iquique (unos 1,400 kilómetros en línea recta de Santiago, 1,750 kilómetros por carretera) dejando un saldo de 6 muertos, miles de evacuados y cuantiosos daños materiales.
El sismo desencadenó una alerta de tsunami (maremoto) que afectó todo el litoral chileno, desde Arica, en el norte, hasta Punta Arenas, en el sur.
Perú y Ecuador también activaron alarmas de fuerte oleaje causado por el terremoto.
Más de 2,500 casas y edificios fueron declarados inhabitables y el gobierno de la presidenta Muchelle Bachelet declaró el estado de catástrofe en la zona impactada por el sismo.
El miércoles, 26 horas después del terremoto se registró un segundo terremoto de magnitud 7.8 en Arica, activando nuevamente una alerta de maremoto que también afectó todo el litoral chileno.
Entre ambos movimientos telúricos se han registrado decenas de réplicas, elevando la angustia de los habitantes de la zona norte y las preocupaciones de los meteorólogos, quienes han advertido que la zona de impacto de ambos terremotos permaneció más de 150 años inactiva acumulando una gran cantidad de energía.
La energía liberada por el terremoto del martes y las siguientes réplicas "no han sido suficientes para liberar la energía acumulada en esa zona en más de cien años", dijo Mario Pardo, subdirector de Servicio de Sismología de Chile.
Tras el segundo terremoto del miércoles en Arica e Iquique el servicio eléctrico quedó suspendido de forma intermitente afectando el suministro de agua potable.
El meteorólogo Marcelo Lagos, entrevistado por Televisión Nacional de Chile, dijo que el evento registrado el 1 de abril “quizás no sea el gran evento que estamos esperando para esta zona”. Los temores son confirmados por expertos del Servicio Sismológico de Estados Unidos que estudian el comportamiento de las placas tectónicas en Chile.
El 27 de febrero de 2010 el centro-sur del país registró un terremoto de magnitud 8.8 que provocó un maremoto (tsunami) que impactó en más de 1,000 kilómetros de litoral matando a 5 mil personas y causando grandes daños materiales.
Comparado con el sismo de 8.2 del martes, este tuvo una energía cuatro a seis veces menor que la registrada en 2010, explicaron expertos chilenos.
Imágenes del momento del terremoto del miércoles transmitidas por TVN mostraron daños severos en infraestructuras de casas y edificios, obligando a sus residentes a pasar la noche en la calle y en zonas altas de Arica e Iquique.
El sistema de alerta de tsunamis, un proyecto que lleva desarrollándose desde 2010 y se han invertido más de $5 mil millones de pesos, presenta graves anomalías según un reporte de la Contraloría publicado pocos días antes del terremoto del martes.
TVN reportó que en partes de la zona impactada por los sismos el sistema de alerta está conectado a la red de suministro eléctrico, pero que cuando no hay energía a causa de un sismo fuerte el sistema, que incluye las sirenas para advertir la posibilidad de un tsunami, no funcionan.
La mayoría de los evacuados el martes y el miércoles fueron advertidos por radio y sistemas instalados en teléfonos celulares. Otros aseguraron que lo hicieron por la experiencia de 2010.
El informe de la Contraloría denunció que los sensores instalados para registrar sismos y el comportamiento de mareas no envían datos en tiempo real a las autoridades encargadas de procesar esta información y que los expertos deben acudir a los dispositivos para obtener los datos.
Residentes de Arica e Iquique entrevistados por la televisión chilena denunciaron altos precios en alimentos básicos y agua potable, situación que complica la emergencia y desespera a la población afectada por los terremotos y que se han visto forzadas a evacuar sus viviendas.
El clima de especulación complica la sobrevivencia de una población castigada por un enjambre sísmico que se activó hace tres semanas en el Océano Pacífico.
Los medios de comunicación resaltaron el jueves el orden registrado anoche durante las evacuaciones a pesar de los fallos en los sistemas de alertas.
“Niños en coches, carpas al hombro, mascotas y linternas, ordenadamente se fueron tomando los lugares seguros dispuestos a pernoctar. Los adultos mayores que no podían moverse con facilidad, eran ayudados por los más jóvenes. Los menores perdidos, en tanto, eran entregados a carabineros en motocicletas para su custodia”, reportó el diario El Mercurio en su página digital.
"Esto fue terrible, aunque lo esperábamos, da mucho pánico", contó al diario Lynda Zuñiga, la cual llegó a la zona de seguridad con sus dos hijos en coche. "Estábamos preparados. Vivimos a ocho cuadras de la costa. Teníamos una fogata armada fuera de la casa y los bolsos listos. Se movía todo. Por eso no aguantamos y subimos, como lo hizo mucha gente", agregó.
La presidenta Bachelet se encontraba en Arica el miércoles cuando ocurrió el segundo terremoto. La mandataria, junto a una delegación de ministros y secretarios que recorrían la zona impactada, fue desaloja y trasladada a una zona de seguridad.
El martes por la noche un potente sismo de magnitud 8.2 se registró frente a las costas de Iquique (unos 1,400 kilómetros en línea recta de Santiago, 1,750 kilómetros por carretera) dejando un saldo de 6 muertos, miles de evacuados y cuantiosos daños materiales.
El sismo desencadenó una alerta de tsunami (maremoto) que afectó todo el litoral chileno, desde Arica, en el norte, hasta Punta Arenas, en el sur.
Perú y Ecuador también activaron alarmas de fuerte oleaje causado por el terremoto.
Más de 2,500 casas y edificios fueron declarados inhabitables y el gobierno de la presidenta Muchelle Bachelet declaró el estado de catástrofe en la zona impactada por el sismo.
El miércoles, 26 horas después del terremoto se registró un segundo terremoto de magnitud 7.8 en Arica, activando nuevamente una alerta de maremoto que también afectó todo el litoral chileno.
Entre ambos movimientos telúricos se han registrado decenas de réplicas, elevando la angustia de los habitantes de la zona norte y las preocupaciones de los meteorólogos, quienes han advertido que la zona de impacto de ambos terremotos permaneció más de 150 años inactiva acumulando una gran cantidad de energía.
La energía liberada por el terremoto del martes y las siguientes réplicas "no han sido suficientes para liberar la energía acumulada en esa zona en más de cien años", dijo Mario Pardo, subdirector de Servicio de Sismología de Chile.
Tras el segundo terremoto del miércoles en Arica e Iquique el servicio eléctrico quedó suspendido de forma intermitente afectando el suministro de agua potable.
El meteorólogo Marcelo Lagos, entrevistado por Televisión Nacional de Chile, dijo que el evento registrado el 1 de abril “quizás no sea el gran evento que estamos esperando para esta zona”. Los temores son confirmados por expertos del Servicio Sismológico de Estados Unidos que estudian el comportamiento de las placas tectónicas en Chile.
El 27 de febrero de 2010 el centro-sur del país registró un terremoto de magnitud 8.8 que provocó un maremoto (tsunami) que impactó en más de 1,000 kilómetros de litoral matando a 5 mil personas y causando grandes daños materiales.
Comparado con el sismo de 8.2 del martes, este tuvo una energía cuatro a seis veces menor que la registrada en 2010, explicaron expertos chilenos.
Imágenes del momento del terremoto del miércoles transmitidas por TVN mostraron daños severos en infraestructuras de casas y edificios, obligando a sus residentes a pasar la noche en la calle y en zonas altas de Arica e Iquique.
El sistema de alerta de tsunamis, un proyecto que lleva desarrollándose desde 2010 y se han invertido más de $5 mil millones de pesos, presenta graves anomalías según un reporte de la Contraloría publicado pocos días antes del terremoto del martes.
TVN reportó que en partes de la zona impactada por los sismos el sistema de alerta está conectado a la red de suministro eléctrico, pero que cuando no hay energía a causa de un sismo fuerte el sistema, que incluye las sirenas para advertir la posibilidad de un tsunami, no funcionan.
La mayoría de los evacuados el martes y el miércoles fueron advertidos por radio y sistemas instalados en teléfonos celulares. Otros aseguraron que lo hicieron por la experiencia de 2010.
El informe de la Contraloría denunció que los sensores instalados para registrar sismos y el comportamiento de mareas no envían datos en tiempo real a las autoridades encargadas de procesar esta información y que los expertos deben acudir a los dispositivos para obtener los datos.
Residentes de Arica e Iquique entrevistados por la televisión chilena denunciaron altos precios en alimentos básicos y agua potable, situación que complica la emergencia y desespera a la población afectada por los terremotos y que se han visto forzadas a evacuar sus viviendas.
El clima de especulación complica la sobrevivencia de una población castigada por un enjambre sísmico que se activó hace tres semanas en el Océano Pacífico.
Los medios de comunicación resaltaron el jueves el orden registrado anoche durante las evacuaciones a pesar de los fallos en los sistemas de alertas.
“Niños en coches, carpas al hombro, mascotas y linternas, ordenadamente se fueron tomando los lugares seguros dispuestos a pernoctar. Los adultos mayores que no podían moverse con facilidad, eran ayudados por los más jóvenes. Los menores perdidos, en tanto, eran entregados a carabineros en motocicletas para su custodia”, reportó el diario El Mercurio en su página digital.
"Esto fue terrible, aunque lo esperábamos, da mucho pánico", contó al diario Lynda Zuñiga, la cual llegó a la zona de seguridad con sus dos hijos en coche. "Estábamos preparados. Vivimos a ocho cuadras de la costa. Teníamos una fogata armada fuera de la casa y los bolsos listos. Se movía todo. Por eso no aguantamos y subimos, como lo hizo mucha gente", agregó.
La presidenta Bachelet se encontraba en Arica el miércoles cuando ocurrió el segundo terremoto. La mandataria, junto a una delegación de ministros y secretarios que recorrían la zona impactada, fue desaloja y trasladada a una zona de seguridad.
Univision.com
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