En rueda de prensa, el jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, insistió en que “es imprescindible” suspender la ejecución de la sentencia dictada por el juez neoyorquino Thomas Griesa, que ordena el pago a los fondos buitre de 1.300 millones de dólares, más intereses, “para generar condiciones aceptables de negociación”.
Capitanich reiteró también que el Bank of New York debe levantar la retención que pesa sobre los fondos desembolsados por el Gobierno argentino para pagar un vencimiento a los tenedores de bonos que aceptaron una reestructuración de su deuda.
Según el jefe de Ministros, en la primera reunión con Daniel Pollack, celebrada ayer, el Gobierno argentino ratificó su voluntad de pago, pero remarcó su intención de contemplar los intereses del cien por ciento de los acreedores. Tras el encuentro, el Ministerio de Economía argentino emitió un comunicado en el que solicitó al juez Griesa la emisión de una medida cautelar para evitar que el país sea empujado a la suspensión de pagos.
Esta situación podría darse si el pago de la deuda al porcentaje de bonistas litigantes (un 1% del total) desencadena la reclamación del 92,4% que sí se acogieron a las reestructuraciones de 2005 y 2010, que contemplaron importantes quitas.
Kicillof expresó su voluntad de “seguir dialogando para asegurar condiciones justas, equitativas y legales, lo que implica contemplar los intereses del 100% de los bonistas”, el 92,4% de los cuales pierden su derecho a reclamar el todo a finales de 2014. Según la orden del juez Griesa, Argentina debe pagar antes o, como mucho, de manera simultánea (según la cláusula "pari passu") a los bonistas que no aceptaron el canje de deuda y esto tiene que suceder antes del 30 de julio.
Abc
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