El abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, y los magistrados de la Corte de Casación Gilbert Azibert y Patrick Sassoust también fueron procesados. Estos últimos, acusados de haber advertido a Sarkozy de que la Justicia había intervenido su teléfono móvil. El exmandatario francés fue detenido ayer en el marco de la investigación preliminar que busca determinar si el político conservador contaba con una red de informantes en el seno de la Policía y la Justicia que le mantenía al tanto del curso de las investigaciones judiciales que pudieran amenazarlo.
Sarkozy fue interrogado ayer durante 15 horas en Nanterre, en el sureste de París.
El lunes, la Justicia gala comenzó a cerrar el cerco en torno al exjefe de Estado con la detención de su abogado y los dos importantes magistrados. Decididas en septiembre de 2013, las escuchas a Sarkozy y su entorno tuvieron lugar en el marco de otra investigación preliminar sobre seis presuntos delitos. Entre estos, el presunto financiamiento ilegal de su campaña, contratos irregulares, millonarias encuestas.
El líder conservador se declara víctima de la Justicia
Nicolas Sarkozy se declaró profundamente sorprendido por su imputación por corrupción activa, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional. Según él, esos cargos "grotescos" responden a una instrumentalización de la Justicia. Con traje y corbata negra y el gesto serio, el político conservador rompió su silencio y, en la primera entrevista que concede desde su salida del Elíseo, subrayó que el trato recibido parte de una voluntad de humillarle, impresionarle y difamarle.
En una intervención difundida de forma simultánea en la cadena BFM TV y en la emisora Europe 1, quien fuera presidente de Francia entre 2007 y 2012 quiso dejar claro que no ha cometido un acto contrario al Estado de Derecho y a los principios republicanos. Por tanto, dijo que no tiene nada que reprocharse.
"Digo a quienes nos escuchan o nos ven que jamás he traicionado su confianza". Con esa frase se dirigió ayer a los franceses Sarkozy, que ayer se convirtió en el primer exmandatario obligado a declarar en calidad de detenido.
La Justicia prosigue una investigacion para determinar si creó junto a su abogado, también imputado, una red de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que le amenazan.
La decisión de ponerlo bajo escucha, medida a través de la cual los magistrados sospecharon de las filtraciones, se produjo dentro de la información judicial abierta sobre las acusaciones, no confirmadas hasta la fecha, de que el depuesto dictador libio Muamar Gadafi financió parte de la campaña que lo llevó al Elíseo.
Sarkozy pregnto: "¿Es normal que se hayan escuchado mis conversaciones más íntimas desde septiembre de 2013, que las conversaciones con mi abogado sean escuchadas y difundidas por la prensa, en una clara violación del secreto de instrucción, y que sea colocado en detención preventiva durante 15 horas?".
Para Sarkozy, se intenta dar de él "una imagen que no es conforme a la verdad" y la situación "es lo suficientemente grave" como para que dé la cara y diga a los franceses que es víctima de una "instrumentalización política de una parte de la Justicia". Luego de haberse declarado sorprendido, precisó que no pide ningún privilegio y que, si cometió errores, asumirá todas las consecuencias. "No soy un hombre que huya de sus responsabilidades", apuntó en esa comparecencia de una veintena de minutos.
Sarkozy recordó que hace 35 años que se dedica a la polÍtica y que jamás alguien ha sido tan examinado como él o como las cuentas de su campaña electoral.
"Digo a quienes me apoyaron que nunca hubo el mínimo sistema de doble facturación. Que es una locura que se pretenda que 17 millones de euros (cerca de $23 millones) dependen de mi campaña y habrían sido ocultados. Nadie puede imaginar que los investigadores del Consejo Constitucional o de la Comisión de Cuentas lo habrían pasado por alto".
El expresidente consideró que se está violando el derecho de todo justiciable a un juez y a un proceso imparcial y reiteró que, aunque no quiere estar por encima de la ley, tampoco acepta estar por debajo de ella.
Sus críticas a parte de la magistratura recibieron una respuesta casi inmediata del sindicato judicial, que acusó a Sarkozy de pretender desacreditar a aquellos cuya profesión es buscar la manifestación de la verdad, labor en la que no influye, en opinión de ese organismo, el estar sindicado.
La opinión del exmandatario es compartida por su entorno e integrantes de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), que tachan de complot la imputación en un momento en el que no se descarta su regreso a la política. Sarkozy prefirió dejar la puerta de su vuelta abierta, al asegurar que no ha tomado una decisión al respecto. Concluyó su intervención con esta frase: "Tras un tiempo de reflexión, decidiré lo que debo hacer, a finales del mes de agosto o principios de septiembre. Amo mi país con pasión y no soy alguien que se desaliente ante las manipulaciones políticas". (Red. HOY y Efe)
Sarkozy prefirió dejar la puerta de su vuelta abierta, al asegurar que no ha tomado una decisión al respecto. Concluyó su intervención con esta frase: "Tras un tiempo de reflexión, decidiré lo que debo hacer a finales del mes de agosto o principios de septiembre. Amo mi país con pasión y no soy alguien que se desaliente ante las manipulaciones políticas".
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