El Tribunal Supremo de Connecticut (Estados Unidos) conmutó hoy sus penas a los once presos que quedan en el corredor de la muerte de ese estado, que ahora tendrán que pagar cadena perpetua."Lo que queda claro es que los que actualmente están en el corredor de la muerte pagarán cárcel por el resto de su vida sin ninguna posibilidad de recobrar la libertad", dijo en un comunicado el gobernador, Dannel Malloy, tras conocer el fallo.
Esta decisión llega tres años después de que Connecticut aboliera en 2012 la pena capital sin carácter retroactivo, dejando en el corredor de la muerte a los presos que hasta esa fecha habían sido condenados a morir.
Los magistrados del Supremo de Connecticut acordaron por 4 votos a favor y 3 en contra que la pena de muerte es una reliquia del pasado, sin propósito y, además, es inconstitucional.
El fallo concluye que, cualquier ejecución, "violaría la prohibición de los castigos crueles e inusuales", consagrada en la Constitución estatal y que también figura en la Carta Magna de los Estados Unidos.
"La pena de muerte ya no concilia con los estándares morales contemporáneos y no tiene ningún propósito criminológico legítimo", dijo en el fallo el magistrado Richard Palmer, uno de los que apoyó la prohibición del castigo.
En una opinión disidente, la jueza Chase Rogers dijo: "El resto de magistrados ha decidido revocar erróneamente la pena de muerte porque ofende su percepción subjetiva de moralidad".
Desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena de muerte en 1976, Connecticut solo ejecutó a un reo: el asesino en serie Michael Ross en 2005.
Tras la abolición de 2012, en el corredor de la muerte quedaron once presos, seis blancos y cinco negros.
En Connecticut el 71% de la población es blanca y tan solo el 10 % son afroamericanos.
Entre los once condenados a muerte que ahora tendrán que pagar cadena perpetua están Steven Hayes y Joshua Komisarjevsky, que en 2007 irrumpieron en una casa y violaron y asesinaron a una mujer, a sus dos hijas y dejaron mal herido al padre de la familia en un crimen que conmocionó a todo el país.
Connecticut es uno de los siete estados que ha abolido la pena de muerte en la última década junto a Nueva Jersey, Nueva York, Maryland, Nebraska, Illinois y Nuevo México.
En algunos casos, como el de Nueva Jersey o Illinois, junto a la abolición se conmutaron las sentencias capitales de los reos por cadenas perpetuas, pero en otros como Connecticut, Maryland y Nuevo México los presos condenados a muerte quedaron exentos de la prohibición.
EFE
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