San Salvador. Al menos 125 personas fueron asesinadas en los últimos tres días, en un repunte de la violencia que abate a este pequeño país del Istmo. Según las autoridades, la mayoría de las víctimas son pandilleros.
El subdirector de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto, dijo a los periodistas que el domingo se registraron 40 homicidios; el lunes, 42, y el martes, 43, lo que suma 125 en tres días.
Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Benito Lara, reconoció que el país encara “una situación compleja”, pero dijo que la estrategia de represión del delito generó una reacción de las pandillas de aumentar los homicidios.
Lara señaló que en los últimos días se han incrementado los enfrentamientos a tiros entre las autoridades y los grupos criminales en todo el país, pero aseveró que “gran parte de los homicidios responden a purgas internas de las pandillas” o a una disputa territorial con los grupos rivales.
De acuerdo con Cotto, la mayoría de las víctimas son “pandilleros que, de alguna manera, han traicionado a las pandillas y que son asesinados por las mismas estructuras”.
Las autoridades han dicho que los ataques de las maras buscan obligar al Gobierno a negociar con ellos una nueva tregua, como la pactada en el 2012, cuando los homicidios bajaron de 14 a cinco por día, pero el Gobierno ha sido tajante y ha reiterado que no se sentará a negociar con grupos criminales.
En el 2012, las pandillas anunciaron una tregua solo para detener los homicidios. La guerra que libraban en las calles se suavizó, pero propició consecuencias no del todo esperadas: el pacto les dio oxígeno para centrarse en consolidar sus áreas de influencia y su poder, opinan los detractores del pacto.
Desde la ruptura de la tregua, en setiembre del 2013, los homicidios fueron en aumento, y en los últimos días ha habido un promedio de más de 24 al día.
El Gobierno ha cerrado toda posibilidad de dialogar con las pandillas y ordenó que los cabecillas de estos grupos fueran enviados a la cárcel de máxima seguridad conocida como Zacatraz.
Las pandillas han asesinado desde enero a 42 policías, a 16 militares, a seis guardias de centros penales y a un fiscal. En 2014 fueron asesinados 39 policías, en su mayoría cuando se encontraban de licencia.
Según estadísticas oficiales, el 2014 cerró con 3.942 homicidios en el país, 1.429 más que el año anterior.
Por su parte, el ministro de Seguridad Pública, Benito Lara, reconoció que el país encara “una situación compleja”, pero dijo que la estrategia de represión del delito generó una reacción de las pandillas de aumentar los homicidios.
Lara señaló que en los últimos días se han incrementado los enfrentamientos a tiros entre las autoridades y los grupos criminales en todo el país, pero aseveró que “gran parte de los homicidios responden a purgas internas de las pandillas” o a una disputa territorial con los grupos rivales.
De acuerdo con Cotto, la mayoría de las víctimas son “pandilleros que, de alguna manera, han traicionado a las pandillas y que son asesinados por las mismas estructuras”.
Las autoridades han dicho que los ataques de las maras buscan obligar al Gobierno a negociar con ellos una nueva tregua, como la pactada en el 2012, cuando los homicidios bajaron de 14 a cinco por día, pero el Gobierno ha sido tajante y ha reiterado que no se sentará a negociar con grupos criminales.
En el 2012, las pandillas anunciaron una tregua solo para detener los homicidios. La guerra que libraban en las calles se suavizó, pero propició consecuencias no del todo esperadas: el pacto les dio oxígeno para centrarse en consolidar sus áreas de influencia y su poder, opinan los detractores del pacto.
Desde la ruptura de la tregua, en setiembre del 2013, los homicidios fueron en aumento, y en los últimos días ha habido un promedio de más de 24 al día.
El Gobierno ha cerrado toda posibilidad de dialogar con las pandillas y ordenó que los cabecillas de estos grupos fueran enviados a la cárcel de máxima seguridad conocida como Zacatraz.
Las pandillas han asesinado desde enero a 42 policías, a 16 militares, a seis guardias de centros penales y a un fiscal. En 2014 fueron asesinados 39 policías, en su mayoría cuando se encontraban de licencia.
Según estadísticas oficiales, el 2014 cerró con 3.942 homicidios en el país, 1.429 más que el año anterior.
AFP
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