Funcionarios han descrito el plan como un esfuerzo por crear una “zona libre del Estado islámico” que se extiende por 100 kilómetros en el norte de Siria.
Drones y aviones estadounidenses han comenzado a llegar a una base aérea en el sur de Turquía en anticipación a una “amplia batalla” contra el grupo Estado islámico.
El ataque sería realizado por una coalición liderada por Estados Unidos en la que participa Turquía, como miembro de la OTAN.
El ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, dijo que en este momento “estamos entrenando y equipando a la oposición moderada [siria] con Estados Unidos, y vamos a comenzar a pelear contra Daesh –como también se conoce al Estado islámico—de manera efectiva muy pronto”.
Turquía, miembro de la OTAN, acordó formalmente abrir sus bases aéreas a Estados Unidos y a la coalición el mes pasado, un importante cambio de política después de años de reticencia para adoptar un papel en primera línea contra combatientes islamistas que amenazan sus fronteras.
Turquía comparte una frontera de 800 kilómetros con Siria y una sección de su frontera sur colinda con territorio controlado por el grupo Estado islámico.
Funcionarios han descrito el plan como un esfuerzo por crear una “zona libre del Estado islámico” que se extiende por 100 kilómetros en el norte de Siria. No incluiría una zona de exclusión aérea en la región, a pesar de viejas demandas del Gobierno turco para crear una.
El ataque sería realizado por una coalición liderada por Estados Unidos en la que participa Turquía, como miembro de la OTAN.
El ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, dijo que en este momento “estamos entrenando y equipando a la oposición moderada [siria] con Estados Unidos, y vamos a comenzar a pelear contra Daesh –como también se conoce al Estado islámico—de manera efectiva muy pronto”.
Turquía, miembro de la OTAN, acordó formalmente abrir sus bases aéreas a Estados Unidos y a la coalición el mes pasado, un importante cambio de política después de años de reticencia para adoptar un papel en primera línea contra combatientes islamistas que amenazan sus fronteras.
Turquía comparte una frontera de 800 kilómetros con Siria y una sección de su frontera sur colinda con territorio controlado por el grupo Estado islámico.
Funcionarios han descrito el plan como un esfuerzo por crear una “zona libre del Estado islámico” que se extiende por 100 kilómetros en el norte de Siria. No incluiría una zona de exclusión aérea en la región, a pesar de viejas demandas del Gobierno turco para crear una.
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