Ha llegado el día para Daniel Lee López, el recluso que había solicitado adelantar su ejecución para no pasar años (o décadas) en el corredor de la muerte.
Daniel Lee López había intentado agilizar su ejecución desde que lo enviaron al pabellón de la muerte hace cinco años por atropellar y matar a un teniente de la policía con una camioneta deportiva durante una persecución.
El recluso, de 27 años, confía en que este miércoles se concrete finalmente su deseo de que le hagan efectiva la pena capital en Huntsville después de que una corte aprobara desechar sus apelaciones.
López recibirá inyección letal por la muerte del teniente Stuart Alexander de Corpus Christi en 2009. El agente de 47 años estaba parado en un área verde a un lado de una carretera donde había colocado una barrera con puntas cuando lo arrolló el vehículo en el que López huía.
El recluso dijo la semana pasada desde el pabellón de la muerte: "Es una pérdida de tiempo estar sentado aquí. Creo que debo acabar con esto".
Los abogados que representan a López se negaron a aceptar sus intenciones y pusieron en duda las conclusiones de una corte federal de que el recluso estaba mentalmente apto para solicitar que le hagan efectiva la pena de muerte.
Un aplazamiento "frustrante"
Los abogados presentaron una apelación a la Corte Suprema de Estados Unidos para evitar la ejecución con el argumento de que el delito que pesaba sobre Lopez no podía conllevar la pena de muerte porque éste no tuvo intención de matar al agente, sufría discapacidad mental y aprovechaba al estado para perpetrar sus deseos de mucho tiempo de suicidarse.
"Es obvio que a López se le permitió utilizar el sistema legal en otro intento para quitarse la vida", declaró el abogado David Dow a un tribunal superior.
López, quien también escribió cartas a un juez federal y solicitó que le aplicaran la pena de muerte, afirmó que sería "frustrante" un aplazamiento por parte de la Corte Suprema.
"Es una locura apelar y apelar", dijo López la semana pasada en relación a los esfuerzos de sus abogados. "Se los he explicado muchas veces. Supongo que quieren cobrar por las apelaciones".
López fue examinado por un sicólogo, testificó en una audiencia de la corte federal sobre su deseo de ya no apelar y se determinó que carecía de problemas mentales, dijeron los fiscales estatales, quienes se oponen al aplazamiento de la pena de muerte.
Alexander fue agente policial durante 20 años. Su muerte ocurrió durante una persecución que inició recién pasada la medianoche del 11 de marzo de 2009, después de que López fuera detenido por otro agente por pasarse un alto en un vecindario de Corpus Christi. Las autoridades dicen que López manejaba a unos 100 kilómetros (60 millas) por hora.
Disparos para controlarlo
López había forcejeado con el policía que lo detuvo y emprendió la huida. Golpeó varias patrullas, condujo a alta velocidad con las luces apagadas y atropelló a Alexander como "una bala y un blanco", dijo un agente que testificó en el juicio de López en 2010.
Cuando lo acorralaron varias patrullas, López utilizó su camioneta como ariete en un intento para escapar y fue necesario balearlo para controlarlo, testificaron los agentes.
"Es un sueño horrible", dijo López desde el pabellón de la muerte. "Lo he reproducido mil veces en mi mente".
Los agentes encontraron una docena de paquetes de cocaína y una pequeña báscula en un compartimento falso en la consola de la camioneta.
Los registros muestran que López estaba bajo libertad condicional después de que se declarara culpable de conducta sexual indebida con alguien menor de edad en el condado Galveston y quedó fichado como acosador sexual. Tenía otros arrestos por agresión.
Si se concreta su pena de muerte, López se convertirá en el 10mo preso que es ejecutado este año en Texas. A nivel nacional se han efectuado 18 ejecuciones este año y la mitad tuvo lugar en Texas.
Por otro lado, el Tribunal de Apelaciones Criminales de Texas suspendió otra ejecución prevista para este jueves a la espera de resolver una apelación presentada por el preso.
Tracy Beatty, que ahora tiene 54 años, estranguló a su madre en noviembre de 2003 y luego quemó el cuerpo, según recogen los archivos del Departamento de Justicia Criminal de Texas.
Univision.com
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