El gobierno "restaurará la legalidad" declaró el presidente conservador Mariano Rajoy, que logró del Senado la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que le extiende poderes extraordinarios para preservar la unidad del país.
Rajoy anunció el cese del gobierno de Cataluña, la disolución de su Parlamento y el llamado a elecciones en la región para el próximo 21 de diciembre. Anunció también el cese de las oficinas de cada uno de ellos, así como de las delegaciones catalanas en el exterior, con excepción de la oficina de Bruselas.
El mandatario no anunció cómo se harán operativas estas medidas. Es decir, quién sacará a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras de sus oficinas. Tampoco queda claro cómo hará para evacuar a los legisladores del Parlamento. O a los integrantes de los ministerios. Pero la jugada sorpresiva del presidente ha sido llamar a elecciones para casi ya mismo: el 21 de diciembre. Ese es el dato saliente. "Las urnas van a decidir", es el mensaje.
Es la forma más suave de aplicación del 155 que se haya imaginado. Sobre todo, por el inmediato llamado a elecciones. Con eso, apunta a desmontar el relato del "gobierno represor". Lo que busca son elecciones. "Lamento que no haya sido el señor Puigdemont el que llamara a elecciones", dijo Rajoy.
Sostuvo el presidente que el relato del independentismo catalán "está basado en mentiras, fraudes e imposiciones". Les reprochó "un inadmisible secuestro de la voluntad de la mayoría de los catalanes". Son elecciones tan pronto como dentro de 54 días. El Parlamento queda disuelto, pero hay que ver qué es lo que hacen los diputados regionales. Las medidas se completan con el cese de las autoridades del gobierno y de sus ministros, la "extinción" de sus oficinas.
Rajoy anunció el cese del gobierno de Cataluña, la disolución de su Parlamento y el llamado a elecciones en la región para el próximo 21 de diciembre. Anunció también el cese de las oficinas de cada uno de ellos, así como de las delegaciones catalanas en el exterior, con excepción de la oficina de Bruselas.
El mandatario no anunció cómo se harán operativas estas medidas. Es decir, quién sacará a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras de sus oficinas. Tampoco queda claro cómo hará para evacuar a los legisladores del Parlamento. O a los integrantes de los ministerios. Pero la jugada sorpresiva del presidente ha sido llamar a elecciones para casi ya mismo: el 21 de diciembre. Ese es el dato saliente. "Las urnas van a decidir", es el mensaje.
Es la forma más suave de aplicación del 155 que se haya imaginado. Sobre todo, por el inmediato llamado a elecciones. Con eso, apunta a desmontar el relato del "gobierno represor". Lo que busca son elecciones. "Lamento que no haya sido el señor Puigdemont el que llamara a elecciones", dijo Rajoy.
Sostuvo el presidente que el relato del independentismo catalán "está basado en mentiras, fraudes e imposiciones". Les reprochó "un inadmisible secuestro de la voluntad de la mayoría de los catalanes". Son elecciones tan pronto como dentro de 54 días. El Parlamento queda disuelto, pero hay que ver qué es lo que hacen los diputados regionales. Las medidas se completan con el cese de las autoridades del gobierno y de sus ministros, la "extinción" de sus oficinas.
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