La decisión del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y del ELN, la mayor guerrilla activa de Colombia, se adoptó luego que el pasado 18 de abril Ecuador suspendió su facilitación en el proceso. Ecuador servía de sede a la negociación de paz desde febrero del año pasado.
Quito suspendió la facilitación después de que dos periodistas ecuatorianos y su conductor murieron a manos de un grupo de exrebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayoría de los cuales se desmovilizaron y dejaron las armas en virtud de un acuerdo de paz negociado en La Habana durante cuatro años.
“Luego de examinar conjuntamente las opciones para reanudar los diálogos lo más pronto posible, hemos decidido continuar el quinto ciclo en la ciudad de La Habana (Cuba) a partir de la próxima semana”, dijeron las partes en un comunicado conjunto.
Además de Cuba, el Gobierno y el ELN analizaban la posibilidad de trasladar la sede de la negociación a Brasil, Chile, Noruega o Venezuela, que junto con Ecuador sirven de garantes a la negociación con la que se busca acabar por completo un conflicto armado de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.
Aunque el ELN, conformado por unos 1.500 combatientes y considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, ha disminuido sus hostilidades en las últimas semanas, actualmente combate con una banda criminal en el noreste del país y ha sido acusado de algunos secuestros y ataques a un oleoducto.
Cuba recibió recientemente la solicitud oficial del Gobierno de Colombia y del ELN para que en La Habana ambas partes pudieran retomar las negociaciones de paz.
“En estos momentos se están haciendo los preparativos de carácter logístico para que el Quinto ciclo pueda iniciarse la próxima semana en La Habana”, dijo el noticiero nocturno de la televisión estatal, al citar al garante del proceso de paz, el cubano Iván Mora Godoy.
Santos impulsó el diálogo con el ELN en un intento por poner fin por completo a la confrontación, después del acuerdo de paz que firmó en 2016 con la exguerrilla de las FARC.
El ELN, acusado de financiarse a través del secuestro, la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal, ha buscado la paz en el pasado con otros gobiernos en intentos que han fracasado por sus posiciones radicales.
REUTERS
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