China ha respondido a la inesperada decisión de Estados Unidos de seguir adelante con su política de nuevos aranceles y ha indicado que está dispuesta a luchar "hasta el final" si empieza una guerra comercial.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció este 29 de mayo que introducirá aranceles del 25 % —por valor de 50.000 millones de dólares— contra productos tecnológicos importados de China. Washington anunciará el listado final de los bienes gravados el próximo 15 de junio y las restricciones entrarán en vigor poco después.
Esta decisión tuvo lugar poco antes de la llegada a Pekín del secretario de Comercio norteamericano, Wilbur Ross, para negociar con la parte china.
Una semana antes, el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, afirmó que Washington y Pekín habían acordado suspender su guerra comercial y detener la imposición de tasas adicionales.
"Cada cambio repentino merma la credibilidad de un país"
El Ministerio de Comercio de China mostró su sorpresa por una nueva medida que estimó contraria al consenso que ambas partes habían alcanzado y recordó que, independientemente de las medidas que tome EE.UU., el gigante asiático tiene capacidad para defender los intereses de su pueblo.
Tras instar a Washington para que cumpla su palabra y trabaje con China "siguiendo el espíritu del comunicado conjunto", esta portavoz oficial declaró que Pekín "no quiere una guerra comercial, pero no teme una".Por su parte, la vocera de la Cancillería china, Hua Chunying, valoró que la decisión estadounidense es "contraria al consenso" que habían alcanzado y subrayó que, en las relaciones internacionales, "cada cambio repentino" simplemente "merma y malgasta la credibilidad de un país".
"EE.UU. sufre un delirio"
El diario estatal chino Global Times publicó una advertencia similar y aseguró que EE.UU. "sufre un delirio" que le hace sentirse "lo suficientemente fuerte como para obligar a otros países a aceptar sus demandas irrazonables".
Asimismo, ese periódico consideró que Washington parece no entender "la diferencia entre una guerra comercial y otra real" porque, si bien se puede ganar la segunda sin bajas, "no sucedería lo mismo" en el primer caso.
Por este motivo, Gobierno chino tomará "las medidas necesarias" para hacer frente a la retirada de EE.UU. de cualquier acuerdo, y "si quiere jugar", China estaría "más que dispuesta a seguir el juego hasta el final".
Si Washington impone los aranceles anunciados, "una guerra comercial a gran escala sería inevitable", vaticinó Global Times, para el que esa medida significaría que "cualquier acuerdo anterior alcanzado por ambas partes se invalidaría" y China respondería con "medidas punitivas similares".
Ese paso resultaría "doloroso" para EE.UU., ya que "casi de inmediato" pondría en riesgo a los agricultores, los fabricantes de automóviles y la fuerza de trabajo estadounidenses.
De este modo, si EE.UU. continúa con su "postura proteccionista" e implementa políticas comerciales más fuertes, China confía en que "puede luchar hasta el final", concluyó el diario.
"Si Trump quiere enviar un mensaje a China, es poco probable que lo capte"
Para Phil Levy, analista de la revista Forbes, "la claridad y la coherencia no son los puntos fuertes" de esta Administración de EE.UU. debido a que, si Donald Trump intentaba enviar un mensaje relacionado con el comercio, "es poco probable" que Pekín lo capte de este modo.
Este especialista recordó que, en los últimos meses, el inquilino de la Casa Blanca "se ha movido entre asegurar que China está 'matando absolutamente a EE.UU. en el comercio' y decir que 'nuestra relación es muy buena'".
Por lo tanto, si Washington desea mostrar su postura sobre "el comportamiento inaceptable" de Pekín a la hora de proteger la propiedad intelectual y la política industrial "es importante que China reciba y comprenda ese mensaje" porque, si el gigante asiático "queda confundido o cree que existe otro propósito" detrás de las acciones norteamericanas, "es poco probable que modifique su comportamiento".
RT
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