“En total, 86 muertos fueron enterrados entre ayer y hoy”, afirmó un empleado del cementerio. “No hemos recibido ningún otro cuerpo desde las 14h30 (locales) y esperamos ya haber terminado el trabajo”, dijo uno de ellos bajo cubierta del anonimato.
Otro de sus colegas había adelantado la misma cifra, explicando que había “enterrado 76 cadáveres hasta las 21H00” el martes y “10 esta mañana (miércoles), probablemente personas heridas que murieron durante la noche (...) Estaba ‘shockeado’ al escuchar (el balance brindado por las autoridades), confió a la AFP.
El portavoz local de la Agencia nacional de gestión de urgencias, Imam Garki, afirmó por su parte que el doble atentado, atribuido al grupo yihadista nigeriano Boko Haram, provocó “30 muertos”, y que las personas heridas fueron “evacuadas a Yola”, la capital del estado de Adamawa, y “responden bien al tratamiento” médico.
Interrogado sobre la disparidad entre las cifras oficiales y las declaraciones de testigos en el lugar, el ministro de Información local, Ahmed Sajo, reconoció que era “posible que los familiares de las víctimas hubieran llevado (al cementario) los cuerpos directamente para ser enterrados sin pasar por el hospital”, donde procedieron al conteo.
Según la tradición musulmana, los cuerpos de las víctimas deben ser rápidamente enterrados, lo que complica su recuento, más aún en una región de difícil acceso.
El doble atentado en la ciudad de Mubi tuvo lugar el martes pasado el mediodía. Primero, hacia las 13H30 locales, un kamikaze se hizo explotar en una mezquita, y poco más tarde otro en un mercado cercano a la misma.
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