La magistrada asumió el caso en su condición de juez con competencias en delitos de violencia machista, al considerar que existen indicios de que Raúl Díaz mató a su esposa, en contra de lo que lo que ha sostenido hasta ahora.
En las declaraciones a la Policía, el presunto asesino aseguró que encontró muerta a Romina, de 29 años y madre de un niño de cuatro que reside en Paraguay, la noche de Año Nuevo al regresar a casa, que se puso nervioso y que se deshizo de su cadáver.
Sin embargo, estaba sometido a vigilancia por la Guardia Civil desde el mismo momento en que acudió al cuartel a denunciar la desaparición de su esposa, con una semana de retraso.
Según las fuentes, los investigadores interceptaron una conversación del sospechoso con un familiar en la que contaba cómo se había deshecho del cadáver de su mujer, cuando hasta ese momento había sostenido que no sabía qué le había pasado.
Ello precipitó su detención el pasado domingo. Díaz defendió entonces ante los agentes que no había matado a su mujer, pero reconoció que había intentado hacer desaparecer su cadáver, primero quemándolo en el jardín de su casa y luego arrojando sus restos al mar en diversos puntos de la costa de Lanzarote, una de las Islas Canarias (Atlántico).
La Guardia Civil había solicitado prolongar su detención durante 48 horas más, pero la juez no consideró necesaria esa medida y decidió comenzar con el interrogatorio.
El supuesto asesino de Romina prestó hoy declaración ante la magistrada durante unas dos horas, tras las cuales se decretó su ingreso en prisión por homicidio y malos tratos habituales.
Mientras tanto, la Guardia Civil prosiguió con el registro de la vivienda donde residía el matrimonio en busca de pruebas para saber cómo murió Romina.
Unidades navales y aéreas de este cuerpo policial también han buscado los restos de la mujer en varios puntos de la costa, aunque por ahora sin resultados.
Los agentes también han recogido indicios del coche de alquiler que el detenido asegura que utilizó para desplazarse por la costa de Lanzarote para arrojr los restos de su mujer al Atlántico.
EFE
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