En un comunicado difundido hoy, la UA alertó sobre una posible "toma del poder a través de medios ilegales, que, si ocurriera, llevaría a la automática suspensión de la participación de la RCA, así como a la adopción de sanciones y otras medidas contra los autores de tal cambio anticonstitucional, y su total aislamiento". Según la presidenta de la Comisión del organismo panafricano, Nkosazana Dlamini Zuma, estas acciones responderían a las disposiciones del propio acta fundacional de la UA, así como al capítulo sobre Democracia, Elecciones y Gobernanza en África.
En este sentido, Dlamini Zuma rechazó "cualquier intento de lograr el poder mediante la fuerza, y el recurso a la rebelión armada para obtener reivindicaciones políticas".
Este tipo de acciones -considera la UA- podrían expandirse, lo que "supone una grave amenaza a la paz y la seguridad en África, al tiempo que mina los actuales procesos democráticos y los esfuerzos socioeconómicos en el continente".
Asimismo, la presidenta de la Comisión de la UA celebró el compromiso mostrado ayer por el mandatario centroafricano, François Bozize, de "trabajar para una solución negociada a la actual crisis".
Esta solución, según Dlamini Zuma, debería hallarse a través de un diálogo que incluya a todas las partes, y debería servir para poner fin "a la recurrente inestabilidad experimentada en la RCA".
En la actualidad, Guinea Bissau y Madagascar, que sufrieron golpes de Estado en 2012 y 2009, respectivamente, se encuentran suspendidos de su participación en la UA.
La situación en la República Centroafricana se ha agravado desde que, a principios de diciembre, la coalición Seleka se levantara en el norte del país al considerar que Bozize no había respetado los acuerdos de paz firmados en 2007.
Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos, y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.
Los guerrilleros de la Seleka continúan avanzando hacia Bangui, y aunque Bozize ha mostrado su intención de crear un Gobierno de unidad nacional, los rebeldes no han manifestado mucho entusiasmo con esa opción.
En este sentido, Dlamini Zuma rechazó "cualquier intento de lograr el poder mediante la fuerza, y el recurso a la rebelión armada para obtener reivindicaciones políticas".
Este tipo de acciones -considera la UA- podrían expandirse, lo que "supone una grave amenaza a la paz y la seguridad en África, al tiempo que mina los actuales procesos democráticos y los esfuerzos socioeconómicos en el continente".
Asimismo, la presidenta de la Comisión de la UA celebró el compromiso mostrado ayer por el mandatario centroafricano, François Bozize, de "trabajar para una solución negociada a la actual crisis".
Esta solución, según Dlamini Zuma, debería hallarse a través de un diálogo que incluya a todas las partes, y debería servir para poner fin "a la recurrente inestabilidad experimentada en la RCA".
En la actualidad, Guinea Bissau y Madagascar, que sufrieron golpes de Estado en 2012 y 2009, respectivamente, se encuentran suspendidos de su participación en la UA.
La situación en la República Centroafricana se ha agravado desde que, a principios de diciembre, la coalición Seleka se levantara en el norte del país al considerar que Bozize no había respetado los acuerdos de paz firmados en 2007.
Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos, y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.
Los guerrilleros de la Seleka continúan avanzando hacia Bangui, y aunque Bozize ha mostrado su intención de crear un Gobierno de unidad nacional, los rebeldes no han manifestado mucho entusiasmo con esa opción.
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