La jefa del gobierno tailandés hizo esta promesa, sin dar un calendario preciso, durante la apertura de la reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies Amenazadas (CITES).
El anfitrión de esta conferencia, a menudo acusado de ser un centro neurálgico del tráfico de especies protegidas de todo tipo, es particularmente criticado por autorizar el comercio del marfil de los elefantes que existen en Tailandia.
Es una brecha problemática al embargo mundial, pues permite que los traficantes vendan sus mercaderías africanas, que son ilegales, pero difíciles de diferenciar de las que llegan de los elefantes asiáticos.
"Desgraciadamente, muchos utilizan a Tailandia como país de tránsito en el tráfico internacional del marfil", reconoció la primera ministra Yingluck Shinawatra durante la ceremonia de inauguración.
La primera ministra destacó la importancia de los elefantes, "muy importantes" para la cultura de su país. "Nadie se preocupa más por los elefantes que los tailandeses", subrayó.
"Nosotros enmendaremos la legislación nacional con el objetivo de poner fin al comercio del marfil y de estar de acuerdo con las normas internacionales", agregó, sin dar más detalles.
Esta declaración fue elogiada inmediatamente por el fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que había entregado hace algunos días a la primera ministra una petición de varios cientos de miles de firmas exigiendo una moratoria a las ventas de marfil en Tailandia.
"Estamos encantados" de esta promesa, comentó Carlos Drews, jefe de la delegación de la organización en la conferencia.
"Pero el combate para detener los crímenes contra las especies salvajes y cerrar los mercados de marfil tailandés no ha terminado", insistió.
Yingluck Shinawatra "debe ahora suministrar un calendario para esta prohibición y asegurar que es instaurada urgentemente, porque la masacre de elefantes continúa", advirtió.
Sin embargo, un portavoz del gobierno hizo aclaraciones sobre las afirmaciones de la jefa del gobierno, afirmando que ella no se refería a lcomercio legal.
"Yingluck quería decir que Tailandia tomará ahora más en serio el comercio ilegal del marfil", declaró Tosaporn Sereerak a la AFP.
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente indicó que las autoridades harían un inventario de los comercios que venden marfil.
Los elefantes, así como los rinocerontes, dos de las estrellas de esta conferencia que terminará el 14 de marzo, ya están protegidos por la CITES y su comercio internacional está prohibido, salvo excepción. Pero su cacería furtiva alcanzó cifras sin precedentes en los últimos años.
Desde que entró en vigor, en 1975, la CITES puso bajo su protección a unas 35.000 especies de animales y de plantas, ya fuera prohibiendo su comercio internacional o colocándolo bajo un estricto marco de protección.
Los 177 países signatarios, que deben hacer aplicar estas decisiones, se reúnen para discutir los tráficos que cada año están mejor organizados. Y seguramente agregarán algunos nombres a la lista en el momento de conmemorar el 40º aniversario de la convención.
Fuente: AFP/terra
El anfitrión de esta conferencia, a menudo acusado de ser un centro neurálgico del tráfico de especies protegidas de todo tipo, es particularmente criticado por autorizar el comercio del marfil de los elefantes que existen en Tailandia.
Es una brecha problemática al embargo mundial, pues permite que los traficantes vendan sus mercaderías africanas, que son ilegales, pero difíciles de diferenciar de las que llegan de los elefantes asiáticos.
"Desgraciadamente, muchos utilizan a Tailandia como país de tránsito en el tráfico internacional del marfil", reconoció la primera ministra Yingluck Shinawatra durante la ceremonia de inauguración.
La primera ministra destacó la importancia de los elefantes, "muy importantes" para la cultura de su país. "Nadie se preocupa más por los elefantes que los tailandeses", subrayó.
"Nosotros enmendaremos la legislación nacional con el objetivo de poner fin al comercio del marfil y de estar de acuerdo con las normas internacionales", agregó, sin dar más detalles.
Esta declaración fue elogiada inmediatamente por el fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que había entregado hace algunos días a la primera ministra una petición de varios cientos de miles de firmas exigiendo una moratoria a las ventas de marfil en Tailandia.
"Estamos encantados" de esta promesa, comentó Carlos Drews, jefe de la delegación de la organización en la conferencia.
"Pero el combate para detener los crímenes contra las especies salvajes y cerrar los mercados de marfil tailandés no ha terminado", insistió.
Yingluck Shinawatra "debe ahora suministrar un calendario para esta prohibición y asegurar que es instaurada urgentemente, porque la masacre de elefantes continúa", advirtió.
Sin embargo, un portavoz del gobierno hizo aclaraciones sobre las afirmaciones de la jefa del gobierno, afirmando que ella no se refería a lcomercio legal.
"Yingluck quería decir que Tailandia tomará ahora más en serio el comercio ilegal del marfil", declaró Tosaporn Sereerak a la AFP.
Por su parte, el ministro de Medio Ambiente indicó que las autoridades harían un inventario de los comercios que venden marfil.
Los elefantes, así como los rinocerontes, dos de las estrellas de esta conferencia que terminará el 14 de marzo, ya están protegidos por la CITES y su comercio internacional está prohibido, salvo excepción. Pero su cacería furtiva alcanzó cifras sin precedentes en los últimos años.
Desde que entró en vigor, en 1975, la CITES puso bajo su protección a unas 35.000 especies de animales y de plantas, ya fuera prohibiendo su comercio internacional o colocándolo bajo un estricto marco de protección.
Los 177 países signatarios, que deben hacer aplicar estas decisiones, se reúnen para discutir los tráficos que cada año están mejor organizados. Y seguramente agregarán algunos nombres a la lista en el momento de conmemorar el 40º aniversario de la convención.
Fuente: AFP/terra
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