“Ahora vamos a acelerar, con esta mala experiencia de la Corte Internacional de Justicia, el tren bioceánico: salir hacia el Atlántico por el puerto Santos y al Pacífico por puerto Ilo. Pero además de eso también vamos a acelerar Puerto Bush”, sobre la hidrovía con Paraguay, dijo el gobernante la víspera tras regresar de La Haya, donde presenció la lectura del fallo.
La ministra de Planificación, Mariana Prado, dijo que las estimaciones hablan de unas inversiones “entre 600 y 800 millones de dólares” sobre la hidrovía y que en el caso del tren interocéanico “está mucho más avanzado (porque) tenemos la manifestación del gobierno alemán de participar con nosotros” en la ejecución, a un costo preliminar de unos 15.000 millones de dólares. Esta obra también interesa a Suiza y España.
“Se va a hacer de la manera más rápida posible”, dijo la ministra.
La Haya
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) falló el pasado lunes que Chile no tiene la obligación de negociar con La Paz sobre su centenario reclamo para una salida soberana al océano Pacífico, la que perdió en una guerra a fines del Siglo XIX.
La frustrada posibilidad de abrir una negociación reflotó en Bolivia la idea de que su comercio no puede seguir dependiendo de los puertos, como los de Antofagasta, Iquique o Arica, por donde fluye el grueso de sus actividades económicas.
Los empresarios privados volvieron a poner en el tapete que el país tiene vías alternas para sus importaciones y exportaciones, que no están aprovechadas de manera eficiente, como los llamados puertos sobre la hidrovía Paraná-Paraguay que desembocan en el océano Atlántico.
“No podemos, como país, seguir dependiendo en un 75% de nuestra carga marítima de exportaciones e importaciones que pasen por puertos chilenos y que dejan beneficios en aquel país”, afirmó en rueda de prensa Gary Rodríguez, gerente de la ONG privada Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Mencionó, por ejemplo, que entre 2013 y 2017 se registraron unos 60 paros en puertos chilenos que causaron un daño económico por unos 300 millones de dólares a los operadores comerciales bolivianos.
Según Rodríguez, hay que “mirar con carácter de urgencia alternativas a corto plazo, como la posibilidad de activar mucho más los puertos que en la cabecera de la hidrovía están dispuestos y ya funcionando para sacar la carga boliviana”.
Unos cuatro embarcaderos están sobre la vía fluvial, en la casi triple frontera que comparten Bolivia, Brasil y Paraguay y que siempre se han visto como vías alternativas a las terminales chilenas.
El gerente de la patronal Cámara Nacional de Industrias, Fernando Hinojosa, recomendó por su parte que el gobierno debe invertir recursos para potenciar la zona de Ilo, que “tiene facilidades que no se han aprovechado en décadas”, desde que se firmaron acuerdos bilaterales en 1992, y que Bolivia haga cumplir el Tratado de 1904 suscrito con Chile que garantiza un tránsito irrestricto.
Chile reconoce a Bolivia el derecho de tránsito comercial por puertos chilenos en el Pacífico así como el uso gratuito de sus instalaciones y arancel cero para sus exportaciones e importaciones. Según las autoridades chilenas, el 80% de las mercancías que pasan por el puerto de Arica, fronterizo con los dos países, procede de Bolivia.
AFP
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