Antes quieren hablar, aclarar muchos puntos pendientes en la Iglesia y perfilar la figura de quién la va a dirigir en los próximos años. Todo ello en un ambiente de reserva que ha provocado ya un claro desacuerdo.
No habrá más reuniones de los prelados norteamericanos con la prensa en el North American College, tal y como venía sucediendo desde que el lunes dieron comienzo las congregaciones. La noticia la dio ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi. Los arzobispos estadounidenses ofrecían las ruedas de prensa con voluntad de apertura hacia los medios de comunicación, para establecer una relación transparente más allá de la tradicional rumorología y medias palabras con que el Vaticano deja escapar sus noticias. Según explicó Mary Ann Walsh, portavoz de los cardenales norteamericanos silenciados ayer, «durante las congregaciones generales se ha manifestado preocupación por noticias filtradas a la prensa italiana sobre discusiones reservadas. Como precaución, los purpurados han decidido no conceder entrevistas». Según la prensa italiana, esos temas reservados son la necesidad de reformar la curia romana que expresan numerosos cardenales, con la actuación de Bertone en tela de juicio.
Lombardi manifestó malestar por la insistencia de los periodistas sobre el tema: «Preguntadle a ellos», respondió esquivo mientras aclaraba que el cónclave no «es un congreso. Los cardenales reflexionan para llegar a conclusiones en conciencia para elegir al papa. La tradición es su reserva».
Faltan solo dos cardenales por llegar a Roma, el polaco Kazimierz Nycz y el vietnamita Jean Baptiste Pham Minh Man, que arribarán hoy. Sobre la fecha de inicio del cónclave del que saldrá el nuevo papa, Lombardi explicó que la anticipación «podría ser considerada por el colegio como algo forzado», ya que muchos purpurados prefieren discutir de manera clara y abierta la situación de la Iglesia antes de elegir al nuevo pontífice. De la misma opinión es el cardenal alemán Walter Kasper, que en una entrevista explicaba ayer que «la situación es diferente a la del 2005. Este cónclave hay que prepararlo con calma. Los cardenales casi no nos conocemos. No hay prisas». Y añade que «la reforma de la curia es prioritaria, pues los dicasterios no se hablan y no hay comunicación».
Fuente: lavozdegalicia.es
Lombardi manifestó malestar por la insistencia de los periodistas sobre el tema: «Preguntadle a ellos», respondió esquivo mientras aclaraba que el cónclave no «es un congreso. Los cardenales reflexionan para llegar a conclusiones en conciencia para elegir al papa. La tradición es su reserva».
Faltan solo dos cardenales por llegar a Roma, el polaco Kazimierz Nycz y el vietnamita Jean Baptiste Pham Minh Man, que arribarán hoy. Sobre la fecha de inicio del cónclave del que saldrá el nuevo papa, Lombardi explicó que la anticipación «podría ser considerada por el colegio como algo forzado», ya que muchos purpurados prefieren discutir de manera clara y abierta la situación de la Iglesia antes de elegir al nuevo pontífice. De la misma opinión es el cardenal alemán Walter Kasper, que en una entrevista explicaba ayer que «la situación es diferente a la del 2005. Este cónclave hay que prepararlo con calma. Los cardenales casi no nos conocemos. No hay prisas». Y añade que «la reforma de la curia es prioritaria, pues los dicasterios no se hablan y no hay comunicación».
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