Un diamante rosa de 59’6 quilates y características perfectas,denominado Pink Star, alcanzó ayer durante una subasta organizada, en Ginebra, por la casa subastadora Sotheby’s, la cifra récord de 62'318'713 millones de euros, el mayor precio ofrecido hasta ahora en el mundo por una gema de este tipo.
La gema, calificada por los expertos en joyería como una «maravilla de la naturaleza» por su color rosa intenso, estaba valorada en unos cincuenta millones de euros y salió a subasta a 44’36 millones de euros aunque en unos minutos la puja la colocó a casi veinte millones de euros más arriba que el precio indicado en el catálogo.
El Pink Star llevaba el lote 372 de la venta y cuando fué anunciado un profundo silencio reinó en el salón del hotel Beau Rivage de Ginebra, donde fué celebrada la subasta, la puja fué rápida y las apuestas no bajaban del millón de euros. Finalmente fué adquirida por una persona que se encontraba en la sala mientras los presentes aplaudian el resultado conseguido.
Tras la subasta, el presidente de alta joyería para Europa y Oriente Próximo David Bennett, declaró ante la prensa «no estoy sorprendido por el hecho de que el Pink Star consiguiera adjudicarse a esta cifra récord porque una joya tan única como esta por su tamaño y por su pureza no tiene precio».
Bennett, que al final de la subasta ofreció champán rosado para festejar la venta, afirmó sentirse encantado de haber eclipsado el previo récord establecido en Ginebra, en 2010, por la venta de otro diamante rosa de 24’78 quilates llamado el «Graff Pink» que alcanzó entonces la cifra de 34 millones de euros.
«Sabía que el Pink Star pulverizaría el récord anterior pero estoy impresionado de que haya duplicado el récord anterior», afirmó Bennett en rueda de prensa minutos después de haber adjudicado la piedra.
Este extraordinario diamante tenía inicialmente 132’5 quilates y fué hallado en una mina sudáfricana por el especialista en la talla y comercialización de diamantes De Beers. La sociedad suiza Steinmetz Diamonds tardó dos años en tallarlo y pulirlo. La gema fué presentada en Mónaco en 2003 y luego vendida y bautizada Pink Star en 2007.
Otra piedra de excepción, el mayor diamante naranja del mundo, en forma de almendra y con el color del fuego fué vendida ayer, también en Ginebra, por la subastadora Christie’s. Llamado «The Orange», la piedra de 14’82 quilates alcanzó 23 millones de euros y su estimación inicial se situaba entre 12 y 15 millones de euros.
«En el mundo hay muy pocos diamantes de color y su extrema rareza hace que se vendan a precios exorbitantes a personas apasionadas por poseer piezas únicas y que tienen la posibilidad de pagarlas», declaró a ABC un experto presente en la sala.
Estas piedras son una excelente inversión porque el precio de las piedras preciosas no cesa de aumentar y las plusvalías que pueden conseguirse en pocos años pueden ser importantes ya que el mercado de los diamantes aumenta anualmente en un 6%, explicó la misma fuente.
Los diamantes de color empezaron a cotizarse en los años noventa, ya que hasta entonces los compradores preferían las piedras transparentes. Su particularidad es debida a un defecto de la naturaleza provocado en los átomos de azote que forman estas piedras y que se colorean de rosa, rojo, azul o verde. Una anomalía que afecta a sólo dos de cada cien diamantes.
Fuente: abc.es
La gema, calificada por los expertos en joyería como una «maravilla de la naturaleza» por su color rosa intenso, estaba valorada en unos cincuenta millones de euros y salió a subasta a 44’36 millones de euros aunque en unos minutos la puja la colocó a casi veinte millones de euros más arriba que el precio indicado en el catálogo.
El Pink Star llevaba el lote 372 de la venta y cuando fué anunciado un profundo silencio reinó en el salón del hotel Beau Rivage de Ginebra, donde fué celebrada la subasta, la puja fué rápida y las apuestas no bajaban del millón de euros. Finalmente fué adquirida por una persona que se encontraba en la sala mientras los presentes aplaudian el resultado conseguido.
Tras la subasta, el presidente de alta joyería para Europa y Oriente Próximo David Bennett, declaró ante la prensa «no estoy sorprendido por el hecho de que el Pink Star consiguiera adjudicarse a esta cifra récord porque una joya tan única como esta por su tamaño y por su pureza no tiene precio».
Bennett, que al final de la subasta ofreció champán rosado para festejar la venta, afirmó sentirse encantado de haber eclipsado el previo récord establecido en Ginebra, en 2010, por la venta de otro diamante rosa de 24’78 quilates llamado el «Graff Pink» que alcanzó entonces la cifra de 34 millones de euros.
«Sabía que el Pink Star pulverizaría el récord anterior pero estoy impresionado de que haya duplicado el récord anterior», afirmó Bennett en rueda de prensa minutos después de haber adjudicado la piedra.
Este extraordinario diamante tenía inicialmente 132’5 quilates y fué hallado en una mina sudáfricana por el especialista en la talla y comercialización de diamantes De Beers. La sociedad suiza Steinmetz Diamonds tardó dos años en tallarlo y pulirlo. La gema fué presentada en Mónaco en 2003 y luego vendida y bautizada Pink Star en 2007.
Otra piedra de excepción, el mayor diamante naranja del mundo, en forma de almendra y con el color del fuego fué vendida ayer, también en Ginebra, por la subastadora Christie’s. Llamado «The Orange», la piedra de 14’82 quilates alcanzó 23 millones de euros y su estimación inicial se situaba entre 12 y 15 millones de euros.
«En el mundo hay muy pocos diamantes de color y su extrema rareza hace que se vendan a precios exorbitantes a personas apasionadas por poseer piezas únicas y que tienen la posibilidad de pagarlas», declaró a ABC un experto presente en la sala.
Estas piedras son una excelente inversión porque el precio de las piedras preciosas no cesa de aumentar y las plusvalías que pueden conseguirse en pocos años pueden ser importantes ya que el mercado de los diamantes aumenta anualmente en un 6%, explicó la misma fuente.
Los diamantes de color empezaron a cotizarse en los años noventa, ya que hasta entonces los compradores preferían las piedras transparentes. Su particularidad es debida a un defecto de la naturaleza provocado en los átomos de azote que forman estas piedras y que se colorean de rosa, rojo, azul o verde. Una anomalía que afecta a sólo dos de cada cien diamantes.
Fuente: abc.es
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