Dos distritos de la ciudad continúan sin electricidad debido a la explosión, y las autoridades locales aseguran que están suministrando alimentos, agua y cobijo a los evacuados.
El siniestro se produjo ayer, viernes, hacia las 10.30 (02.30 GMT) en el distrito de Huangdao, cuando unos trabajadores reparaban una fuga en el oleoducto, construido hace 27 años, que se había iniciado de madrugada.
El gobierno local ha descartado que se trate de un ataque orquestado, mientras la Administración Estatal para la Seguridad ha enviado un equipo de trabajo al lugar de la catástrofe para ayudar a los grupos de rescate.
El presidente chino, Xi Jinping, pidió el "máximo esfuerzo" en la búsqueda de supervivientes, y también urgió a las autoridades locales a que "no cejen en sus esfuerzos de rescatar a los heridos, encontrar las causas del accidente y reforzar la seguridad".
El primer ministro chino, Li Keqiang, emitió un comunicado similar, divulgado por la agencia oficial Xinhua.
Algunos hospitales próximos, como el del distrito de Huangdao, están saturados por la llegada de heridos a los centros.
La explosión del oleoducto, propiedad de la mayor petrolera china (Sinopec), destrozó una carretera contigua, esparció restos de cemento y otros materiales a varios metros a la redonda y rompió cristales de numerosos automóviles cercanos.
El presidente de Sinopec, Fu Chengyu, emitió hoy un comunicado en el que asegura su "profundo pesar por las enormes pérdidas humanas", y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas.
Fu, que presentó disculpas por lo ocurrido como presidente de la empresa, aseguró que Sinopec "liderará un equipo de trabajo y cooperará con la investigación del Consejo de Estado para descubrir las causas del accidente".
Uno de los puentes marítimos de la zona ha sido cerrado a consecuencia del siniestro, y el tráfico ha sido desviado para facilitar el paso de los vehículos de emergencia. EFE
Fuente: abc-pav/EFE
El siniestro se produjo ayer, viernes, hacia las 10.30 (02.30 GMT) en el distrito de Huangdao, cuando unos trabajadores reparaban una fuga en el oleoducto, construido hace 27 años, que se había iniciado de madrugada.
El gobierno local ha descartado que se trate de un ataque orquestado, mientras la Administración Estatal para la Seguridad ha enviado un equipo de trabajo al lugar de la catástrofe para ayudar a los grupos de rescate.
El presidente chino, Xi Jinping, pidió el "máximo esfuerzo" en la búsqueda de supervivientes, y también urgió a las autoridades locales a que "no cejen en sus esfuerzos de rescatar a los heridos, encontrar las causas del accidente y reforzar la seguridad".
El primer ministro chino, Li Keqiang, emitió un comunicado similar, divulgado por la agencia oficial Xinhua.
Algunos hospitales próximos, como el del distrito de Huangdao, están saturados por la llegada de heridos a los centros.
La explosión del oleoducto, propiedad de la mayor petrolera china (Sinopec), destrozó una carretera contigua, esparció restos de cemento y otros materiales a varios metros a la redonda y rompió cristales de numerosos automóviles cercanos.
El presidente de Sinopec, Fu Chengyu, emitió hoy un comunicado en el que asegura su "profundo pesar por las enormes pérdidas humanas", y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas.
Fu, que presentó disculpas por lo ocurrido como presidente de la empresa, aseguró que Sinopec "liderará un equipo de trabajo y cooperará con la investigación del Consejo de Estado para descubrir las causas del accidente".
Uno de los puentes marítimos de la zona ha sido cerrado a consecuencia del siniestro, y el tráfico ha sido desviado para facilitar el paso de los vehículos de emergencia. EFE
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