El número de habitantes disminuyó en 118.238 personas durante la primera mitad de 2013 y, a 1 de julio de este año, se sitúa en 46.609.652 habitantes.
Lo dicen las Cifras de Población y la Estadística de Migraciones que el Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de publicar hoy, un aperitivo de cara al mastodóntico conglomerado de datos que ofrecerá el jueves, cuando revele los datos detallados del Censo de Población de Viviendas 2011.
En la estadística de hoy, el INE nos cuenta que la inmigración ha bajado en un 11% mientras que la emigración ha crecido un 10,7%. O, dicho de otra forma, se han ido de España durante este semestre 259.227 personas y han venido 134.312. La diferencia entre uno y otro ofrece un saldo migratorio negativo: 124.915 habitantes menos para nuestros registros.
¿Y quiénes son los que se van? Fundamentalmente, extranjeros no nacionalizados. Las cifras del INE no confirman, al menos por ahora, la existencia de una huida masiva de ciudadanos españoles. De los 259.227 que han emigrado, 39.690 son españoles (26.281 nacidos en España y 13.409 nacidos en el extranjero pero nacionalizados españoles) y 219.537, la gran mayoría, son foráneos.
El INE recuerda que el número de extranjeros ha bajado un 4%,"sobre todo debido a la emigración y a la adquisición de nacionalidad española", hasta situarse en 4.870.487. Las nacionalidades que más habitantes han perdido son la colombiana, la peruana, la boliviana, la ecuatoriana, la marroquí y la rumana.
Los que se van, hombres de 30 y 34 años
Y de los que se van, los que más lo están haciendo son loshombres de entre 30 y 34 años, seguidos de los de 35 a 39 años y de los de 25 a 29 años, pertenecientes a una inmigración predominantemente laboral que no ha visto cumplidas sus expectativas de encontrar trabajo.
Respecto a la emigración de los españoles, durante la primera mitad de 2013 aumentó el flujo en un 26,3% respecto al semestre anterior.Dos de cada tres españoles que emigran son nacidos en España, aunque el INE precisa que esta proporción varía mucho en función de los destinos. Y así se pone de manifiesto cuando se observa que el principal país receptor es Ecuador, seguido de Reino Unido y Francia.
En el caso de Ecuador, se trata de una migración de retorno de ecuatorianos de origen que vuelven a casa junto con sus hijos nacidos en España.
Y algo parecido ocurre con Colombia, Venezuela y Argentina: los que migran son los que vinieron a España hace varios lustros, junto con sus hijos que nacieron aquí.
El descenso poblacional no obedece sólo a la diferencia entre la inmigración y la emigración (el saldo migratorio), sino también al saldo vegetativo, que es la cifra que se obtiene tras restar los niños que nacen menos las personas que se mueren. El saldo vegetativo, al contrario que el saldo migratorio, es todavía positivo: 6.678 personas más.
Las comunidades autónomas, por su parte, siguen perdiendo vecinos a pasos agigantados. Sólo crece la población, y muy poco además, en Baleares, Canarias, Murcia y Ceuta.
Fuente: elmundo.es
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