"No hay duda de que la política tal y como la conocíamos en Oriente Medio está cambiando ante nuestros ojos y con ese cambio en la política vendrá, inevitablemente, un cambio en las políticas de petróleo, ya que ambas políticas van de la mano en la región y los países árabes han aprendido desde la guerra árabe-israelí de octubre de 1973 que el petróleo puede ser un arma muy poderosa", explica el analista político Claude Salhani en su artículo en oilprice.com.
Pero ahora EE.UU. tiene su propia arma en forma de petróleo de esquisto que se produce en el país. "Esto representa, en cierto sentido, un punto final en medio siglo de liderazgo de EE.UU. en Oriente Medio: EE.UU. no puede y no quiere defender los intereses de las monarquías petroleras de la península Arábiga", opinan por su parte expertos del sitio Finmarket.
El primero de los grandes cambios de las últimas semanas ha sido el enfriamiento de las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos; discrepancias que se manifiestan en una serie de cuestiones, en particular por cómo manejar la guerra civil en Siria.
Arabia Saudita espera un enfoque más agresivo de EE.UU., especialmente en respuesta a la supuesta utilización de armas químicas por parte de las fuerzas sirias contra las zonas controladas por los rebeldes. El distanciamiento entre Washington y Riad se ha deteriorado hasta el punto de que el jefe de la inteligencia saudí se encuentra ahora de gira por capitales europeas tratando de recabar apoyos sobre cómo se debe combatir la guerra en Siria.
"Los saudíes están dispuestos a destinar todos los petrodólares que sean necesarios para derrocar al presidente Bashar Assad […]", indica Claude Salhani. "¿Pero quiénes son los poderes que pueden ejercer la suficiente influencia para reemplazar a Washington en Oriente Medio?", se pregunta el experto.
"Los europeos no son de ninguna manera capaces de reemplazar a los estadounidenses y de tomar la iniciativa en las cuestiones más importantes, como la guerra en Siria", indica Salhani, destacando que el único poder que es capaz de hacerlo es Rusia.
"En primer lugar, sin duda daría a Rusia una gran satisfacción hacerse cargo de una relación tan importante como la de Arabia Saudita y, en el proceso, responder a EE.UU. (en represalia por su éxito en disociar a Georgia, Polonia, Armenia, Kazajistán, la República Checa, Rumania, y otros estados del antiguo espacio soviético)", explicó el analista.
"O tal vez China pueda meterse en el juego, ya que Pekín siempre está ansioso por adquirir nuevas fuentes para saciar su creciente apetito de petróleo", resume.
Fuente: actualidad.rt.com/
Pero ahora EE.UU. tiene su propia arma en forma de petróleo de esquisto que se produce en el país. "Esto representa, en cierto sentido, un punto final en medio siglo de liderazgo de EE.UU. en Oriente Medio: EE.UU. no puede y no quiere defender los intereses de las monarquías petroleras de la península Arábiga", opinan por su parte expertos del sitio Finmarket.
El primero de los grandes cambios de las últimas semanas ha sido el enfriamiento de las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos; discrepancias que se manifiestan en una serie de cuestiones, en particular por cómo manejar la guerra civil en Siria.
Arabia Saudita espera un enfoque más agresivo de EE.UU., especialmente en respuesta a la supuesta utilización de armas químicas por parte de las fuerzas sirias contra las zonas controladas por los rebeldes. El distanciamiento entre Washington y Riad se ha deteriorado hasta el punto de que el jefe de la inteligencia saudí se encuentra ahora de gira por capitales europeas tratando de recabar apoyos sobre cómo se debe combatir la guerra en Siria.
"Los saudíes están dispuestos a destinar todos los petrodólares que sean necesarios para derrocar al presidente Bashar Assad […]", indica Claude Salhani. "¿Pero quiénes son los poderes que pueden ejercer la suficiente influencia para reemplazar a Washington en Oriente Medio?", se pregunta el experto.
"Los europeos no son de ninguna manera capaces de reemplazar a los estadounidenses y de tomar la iniciativa en las cuestiones más importantes, como la guerra en Siria", indica Salhani, destacando que el único poder que es capaz de hacerlo es Rusia.
"En primer lugar, sin duda daría a Rusia una gran satisfacción hacerse cargo de una relación tan importante como la de Arabia Saudita y, en el proceso, responder a EE.UU. (en represalia por su éxito en disociar a Georgia, Polonia, Armenia, Kazajistán, la República Checa, Rumania, y otros estados del antiguo espacio soviético)", explicó el analista.
"O tal vez China pueda meterse en el juego, ya que Pekín siempre está ansioso por adquirir nuevas fuentes para saciar su creciente apetito de petróleo", resume.
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