- CIUDAD DE MÉXICO, 4 de abril.- Más de cien mil millones de dólares en préstamos y financiamientos han sido provistos por la República Popular China a países latinoamericanos desde 2005, indicó un reporte del grupo Interamerican Dialogue, de Washington.
De esa cifra, 50.6 mil millones de dólares, literalmente la mitad del total han sido proporcionados a Venezuela.
Argentina es el segundo socio chino, con 14.1 mil millones de dólares. Brasil ocupa el tercer sitio con 13.4 mil millones y Ecuador el cuarto lugar, con 9,900 millones de dólares.
En general, los bancos chinos financian a un grupo de países diferente que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o bancos norteamericanos y europeos”, puntualizó el texto, al hacer notar que Argentina, Ecuador y Venezuela han sido el foco de los préstamos chinos aunque no tienen un acceso fácil a los mercados globales.
En Latinoamérica y en otros lados del mundo, los empréstitos chinos son considerados tanto impulsados por la búsqueda de beneficios como una forma de diplomacia”, añadió Diálogo Interamericano.
De acuerdo con el análisis, los bancos chinos tienden a enfocar su financiamiento de sectores basados en la exportación de recursos naturales y de infraestructura. Desde 2005, financiaron 54.4 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura y 26.3 mil millones en proyectos energéticos.
China es una fuente relativamente nueva de financiamiento y una que llegó a 37 mil millones de dólares en 2010 sólo para bajar a algo menos de cuatro mil millones en 2012 y surgir de nuevo en 2013, a 20.1 mil millones de dólares.
Los 37 mil millones aportados por China en 2010 fueron más que las promesas de préstamo hechas ese año por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Exportación e Importación (Eximbank) juntos.
La entrada china al mercado financiero implicó buenas noticias para naciones con problemas para acceder a fuentes tradicionales. “Los préstamos chinos no vienen con las condiciones políticas que acompañan a las instituciones financieras internacionales o de Occidente”, apuntó el reporte del Diálogo Interamericano.
Pero otro texto del propio grupo anotó que los bancos chinos suelen poner la compra de bienes chinos como condición.
Al mismo tiempo, sin embargo, la fuente hizo notar que los bancos chinos parecen más abiertos a proyectos de largo plazo para infraestructura e industria de largo plazo.
El acercamiento chino a la región no ha provocado mayores expresiones de preocupación en Estados Unidos. “Algunos en el gobierno estadunidense podrían estar preocupados, pero la mayoría de los funcionarios de alto nivel no lo están”, explicó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano a Excélsior.
La mitad de los préstamos son a Venezuela, y eso no es visto como una inversión muy sabia”, añadió.
China tiene un gran interés de política exterior en estabilizar Latinoamérica”, afirmó por su parte Mark Weisbrot, director del Centre for Economic and Policy Research (Centro para Investigación Económica y Política) de Washington en el diario inglés The Guardian.
La diferencia, aseguró, es que mientras Estados Unidos es un hegemón global con cientos de bases militares alrededor del mundo, “China no tiene bases militares en el extranjero y no tiene imperio”, aseveró.
En lo negativo, sin embargo, los préstamos hechos por el Banco de Desarollo de China, unos 78.3 mil millones de dólares, pueden tener tasas de interés mayores que las de sus contrapartes internacionales. La segunda fuente es el Banco de Importaciones y Exportaciones (unos 10.2 mil millones) pueden ser ligeramente por debajo del Eximbank estadunidense.
Los financiamientos, además, pueden ir de los diez millones de dólares prestados a Uruguay a los mil millones de dólares prestados a America Móvil para equipo e infraestructura de redes telefónicas celulares a los 251 millones usados por Bolivia para adquirir y poner en órbita un satélite propio.
Pero advirtió que “encontramos que los términos de los préstamos chinos a Latinoamérica pueden ser más rigurosos que aquellos occidentales” toda vez que si no imponen condicionalidades políticas sí demandan otros términos.
En lo positivo es claro que China es una nueva y creciente fuente de financiamiento para países latinoamericanos, especialmente aquellos que tienen problemas de acceso a los mercados globales de capital”, precisó el documento elaborado por Kevin P. Gallagher, Amos Irwin y Katherine Koleski y publicado hace dos años por la Universidad de Tufts.
El mismo texto subrayó que desde el punto de vista latinoamericano, el financiamiento chino llega sin las cargas políticas que frecuentemente acompañan las transacciones con las fuentes tradicionales, como las instituciones financieras multilaterales y los bancos.
De acuerdo con Weisbrot, China está ahora en camino de crear alianzas como nunca antes y América Latina es un socio natural “no sólo por su
crecientes relaciones comerciales con China sino por su interés común en un orden político internacional que favorezca el respeto por la soberanía y la independencia nacionales sobre la intervención unilateral y la fuerza militar”.
Argentina es el segundo socio chino, con 14.1 mil millones de dólares. Brasil ocupa el tercer sitio con 13.4 mil millones y Ecuador el cuarto lugar, con 9,900 millones de dólares.
En general, los bancos chinos financian a un grupo de países diferente que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o bancos norteamericanos y europeos”, puntualizó el texto, al hacer notar que Argentina, Ecuador y Venezuela han sido el foco de los préstamos chinos aunque no tienen un acceso fácil a los mercados globales.
En Latinoamérica y en otros lados del mundo, los empréstitos chinos son considerados tanto impulsados por la búsqueda de beneficios como una forma de diplomacia”, añadió Diálogo Interamericano.
De acuerdo con el análisis, los bancos chinos tienden a enfocar su financiamiento de sectores basados en la exportación de recursos naturales y de infraestructura. Desde 2005, financiaron 54.4 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura y 26.3 mil millones en proyectos energéticos.
China es una fuente relativamente nueva de financiamiento y una que llegó a 37 mil millones de dólares en 2010 sólo para bajar a algo menos de cuatro mil millones en 2012 y surgir de nuevo en 2013, a 20.1 mil millones de dólares.
Los 37 mil millones aportados por China en 2010 fueron más que las promesas de préstamo hechas ese año por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Exportación e Importación (Eximbank) juntos.
La entrada china al mercado financiero implicó buenas noticias para naciones con problemas para acceder a fuentes tradicionales. “Los préstamos chinos no vienen con las condiciones políticas que acompañan a las instituciones financieras internacionales o de Occidente”, apuntó el reporte del Diálogo Interamericano.
Pero otro texto del propio grupo anotó que los bancos chinos suelen poner la compra de bienes chinos como condición.
Al mismo tiempo, sin embargo, la fuente hizo notar que los bancos chinos parecen más abiertos a proyectos de largo plazo para infraestructura e industria de largo plazo.
El acercamiento chino a la región no ha provocado mayores expresiones de preocupación en Estados Unidos. “Algunos en el gobierno estadunidense podrían estar preocupados, pero la mayoría de los funcionarios de alto nivel no lo están”, explicó Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano a Excélsior.
La mitad de los préstamos son a Venezuela, y eso no es visto como una inversión muy sabia”, añadió.
China tiene un gran interés de política exterior en estabilizar Latinoamérica”, afirmó por su parte Mark Weisbrot, director del Centre for Economic and Policy Research (Centro para Investigación Económica y Política) de Washington en el diario inglés The Guardian.
La diferencia, aseguró, es que mientras Estados Unidos es un hegemón global con cientos de bases militares alrededor del mundo, “China no tiene bases militares en el extranjero y no tiene imperio”, aseveró.
En lo negativo, sin embargo, los préstamos hechos por el Banco de Desarollo de China, unos 78.3 mil millones de dólares, pueden tener tasas de interés mayores que las de sus contrapartes internacionales. La segunda fuente es el Banco de Importaciones y Exportaciones (unos 10.2 mil millones) pueden ser ligeramente por debajo del Eximbank estadunidense.
Los financiamientos, además, pueden ir de los diez millones de dólares prestados a Uruguay a los mil millones de dólares prestados a America Móvil para equipo e infraestructura de redes telefónicas celulares a los 251 millones usados por Bolivia para adquirir y poner en órbita un satélite propio.
Pero advirtió que “encontramos que los términos de los préstamos chinos a Latinoamérica pueden ser más rigurosos que aquellos occidentales” toda vez que si no imponen condicionalidades políticas sí demandan otros términos.
En lo positivo es claro que China es una nueva y creciente fuente de financiamiento para países latinoamericanos, especialmente aquellos que tienen problemas de acceso a los mercados globales de capital”, precisó el documento elaborado por Kevin P. Gallagher, Amos Irwin y Katherine Koleski y publicado hace dos años por la Universidad de Tufts.
El mismo texto subrayó que desde el punto de vista latinoamericano, el financiamiento chino llega sin las cargas políticas que frecuentemente acompañan las transacciones con las fuentes tradicionales, como las instituciones financieras multilaterales y los bancos.
De acuerdo con Weisbrot, China está ahora en camino de crear alianzas como nunca antes y América Latina es un socio natural “no sólo por su
crecientes relaciones comerciales con China sino por su interés común en un orden político internacional que favorezca el respeto por la soberanía y la independencia nacionales sobre la intervención unilateral y la fuerza militar”.
Fuente: excelsior
No hay comentarios.:
Publicar un comentario