- Rusia ordenó este lunes la retirada de las tropas que llevaban a cabo maniobras cerca de su frontera con Ucrania, a menos de una semana de las cruciales elecciones presidenciales.
"Vladimir Putin dio la orden al ministerio de Defensa de devolver las tropas a sus guarniciones [...] debido a la conclusión de los ejercicios que requirieron su desplazamiento a las regiones de Rostov, Belgorod y Briansk", fronterizas con Ucrania, señaló el Kremlin, citado por las agencias rusas.
Sin embargo, Estados Unidos y la OTAN indicaron no tener "ninguna prueba" de la retirada del ejército ruso.
Según los occidentales, Rusia, acusada por Kiev de apoyar a la rebelión armada, disponía de unos 40.000 soldados desplegados cerca de la frontera en el marco de maniobras militares.
La semana pasada, Putin afirmó que esas tropas habían retrocedido, pero Estados Unidos destacó que no tenía pruebas de movimientos "por el momento".
"Queremos tener pruebas concretas y claras de esas acciones", dijo este lunes un alto responsable estadounidense, un día ante de las visita del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Bide, a Rumanía y a Chipre.
Asimismo, el jefe del estado mayor de las Fuerzas Armadas Rusas, Valeri Guerasimov, expresó en una conversación telefónica con el presidente del comité militar de la Alianza Atlántica, Knud Bartels, "su fuerte preocupación frente al refuerzo de la actividad militar de la OTAN cerca de la frontera rusa, que no contribuye a la seguridad en Europa".
Este anuncio del Kremlin tiene lugar mientras en las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, en el este de Ucrania, siguen registrándose enfrentamientos esporádicos entre insurgentes armados y soldados ucranianos.
El ministerio ucraniano de Defensa anunció el lunes la muerte de un soldado en un ataque con mortero de los rebeldes cerca de Slaviansk, uno de los bastiones de la insurrección, rodeado por las tropas regulares.
Según el ejército ucraniano, un separatista murió, otros siete resultaron heridos y uno fue capturado en la región de Donetsk.
La violencia, que ya ha dejado unos 130 muertos desde el 13 de abril, cuando comenzó la operación "antiterrorista" destinada a retomar el control del este, podría obstaculizar los comicios en las regiones de Lugansk y Donetsk.
Moscú instó a Kiev "a poner fin inmediatamente a la operación represiva y a la violencia, así como a la retirada de las tropas y a la solución de todos los problemas existentes por medios exclusivamente pacíficos".
A su regreso de Donetsk, el secretario general adjunto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, describió una región al "borde del hundimiento" y alertó de una oleada de "desplazados" si la situación no mejora.
Según un recuento de la AFP a partir de informaciones de la Comisión Electoral, unos dos millones de electores podrían verse privados del voto u obligados a viajar varias para votar en una región que se encuentre bajo el control de las autoridades de Kiev.
"En algunas localidades (del este) será difícil organizar la elección", reconoció el primer ministro Arseni Yatseniuk durante una reunión con los gobernadores de regiones. "La elección tendrá lugar y nosotros tendremos un presidente legítimo", afirmó.
El ministro del Interior Arsen Avakov precisó que "grupos especiales" estarán encargados de garantizar la seguridad de las elecciones en el este.
El mediador de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Wolfgang Ischinger, indicó por su parte que esperaba un desarrollo "más o menos normal" de las elecciones, excepto en una gran parte de las regiones orientales.
Los principales candidatos a la presidencial continúan su campaña pero ninguno, exceptuando a la ex primera ministra Yulia Timoshenko, que dio una rueda de prensa en Donetsk a fines de abril, ha visitado Donetsk o Lugansk.
Precisamente, Donetsk acogerá el próximo miércoles la tercera mesa redonda entre las autoridades ucranianas y los partidarios de la federalización, cuyas dos primeras reuniones elogió el presidente ruso pese a la ausencia de los separatistas rusos, calificados de "terroristas" por Kiev.
Fuente: Terra
Sin embargo, Estados Unidos y la OTAN indicaron no tener "ninguna prueba" de la retirada del ejército ruso.
Según los occidentales, Rusia, acusada por Kiev de apoyar a la rebelión armada, disponía de unos 40.000 soldados desplegados cerca de la frontera en el marco de maniobras militares.
La semana pasada, Putin afirmó que esas tropas habían retrocedido, pero Estados Unidos destacó que no tenía pruebas de movimientos "por el momento".
"Queremos tener pruebas concretas y claras de esas acciones", dijo este lunes un alto responsable estadounidense, un día ante de las visita del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Bide, a Rumanía y a Chipre.
Asimismo, el jefe del estado mayor de las Fuerzas Armadas Rusas, Valeri Guerasimov, expresó en una conversación telefónica con el presidente del comité militar de la Alianza Atlántica, Knud Bartels, "su fuerte preocupación frente al refuerzo de la actividad militar de la OTAN cerca de la frontera rusa, que no contribuye a la seguridad en Europa".
Este anuncio del Kremlin tiene lugar mientras en las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, en el este de Ucrania, siguen registrándose enfrentamientos esporádicos entre insurgentes armados y soldados ucranianos.
El ministerio ucraniano de Defensa anunció el lunes la muerte de un soldado en un ataque con mortero de los rebeldes cerca de Slaviansk, uno de los bastiones de la insurrección, rodeado por las tropas regulares.
Según el ejército ucraniano, un separatista murió, otros siete resultaron heridos y uno fue capturado en la región de Donetsk.
La violencia, que ya ha dejado unos 130 muertos desde el 13 de abril, cuando comenzó la operación "antiterrorista" destinada a retomar el control del este, podría obstaculizar los comicios en las regiones de Lugansk y Donetsk.
Moscú instó a Kiev "a poner fin inmediatamente a la operación represiva y a la violencia, así como a la retirada de las tropas y a la solución de todos los problemas existentes por medios exclusivamente pacíficos".
A su regreso de Donetsk, el secretario general adjunto de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic, describió una región al "borde del hundimiento" y alertó de una oleada de "desplazados" si la situación no mejora.
Según un recuento de la AFP a partir de informaciones de la Comisión Electoral, unos dos millones de electores podrían verse privados del voto u obligados a viajar varias para votar en una región que se encuentre bajo el control de las autoridades de Kiev.
"En algunas localidades (del este) será difícil organizar la elección", reconoció el primer ministro Arseni Yatseniuk durante una reunión con los gobernadores de regiones. "La elección tendrá lugar y nosotros tendremos un presidente legítimo", afirmó.
El ministro del Interior Arsen Avakov precisó que "grupos especiales" estarán encargados de garantizar la seguridad de las elecciones en el este.
El mediador de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Wolfgang Ischinger, indicó por su parte que esperaba un desarrollo "más o menos normal" de las elecciones, excepto en una gran parte de las regiones orientales.
Los principales candidatos a la presidencial continúan su campaña pero ninguno, exceptuando a la ex primera ministra Yulia Timoshenko, que dio una rueda de prensa en Donetsk a fines de abril, ha visitado Donetsk o Lugansk.
Precisamente, Donetsk acogerá el próximo miércoles la tercera mesa redonda entre las autoridades ucranianas y los partidarios de la federalización, cuyas dos primeras reuniones elogió el presidente ruso pese a la ausencia de los separatistas rusos, calificados de "terroristas" por Kiev.
Fuente: Terra
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