- El mundo entero se está movilizando contra la sentencia de muerte por ahorcamiento emitida por un tribunal de Jartum a una mujer acusada de “apostasía” por el hecho de ser cristiana siendo hija de un musulmán.
Meriam Yahia Ibrahim Ishag, de 27 años y embarazada de ocho meses, será castigada primero con 100 latigazos por “adulterio" tras haber contraído matrimonio con un hombre cristiano. La mujer está en prisión junto a su hijo de 20 meses, después de ser arrestada en febrero pasado tras la denuncia de un familiar. La sentencia desató una fuerte conmoción en todo el mundo. Amnistía Internacional definió la sentencia como “repugnante” y pidió la inmediata liberación de la joven.
“Estamos en presencia de una fragante violación internacional de los derechos humanos” , dijo la entidad. En los últimos días, numerosas embajadas occidentales y varias Ongs respaldaron a la mujer. En la última audiencia, celebrada en un tribunal de la capital sudanesa, el juez Abbas Mohammed Al-Khalifa se dirigió a la imputada llamándola con el nombre árabe Adraf Al-Hadi Mohammed Abdullah y preguntó si rechazaba convertirse nuevamente al Islam. “Yo soy cristiana y no cometí apostasía” , replicó la joven. Entonces llegó la sentencia.
“Te hemos dado tres días de tiempo para renunciar (al cristianismo), pero tu continúas negándote a volver al Islam y entonces te condenamos a muerte por ahorcamiento”, dijo el juez. Tras conocer el veredicto, la mujer no expresó ninguna emoción, mientras afuera del tribunal se vivieron momentos de tensión con unas 50 personas que protestaban pidiendo el respeto a la libertad religiosa y rechazando la decisión del juez.
Según Amnistía Internacional, Meriam Yahia Ibrahim creció como cristiana ortodoxa, religión de su madre, ya que su padre musulmán estuvo ausente desde que era pequeña. La mujer luego se casó con un cristiano del Sur Sudán, pero su matrimonio fue considerado inválido porque es contrario a la Sharia. Además, según la ley islámica, si el padre es musulmán, la hija automáticamente es de su misma religión.
Sudán introdujo la Sharia en 1983, pero las sanciones se limitan, casi siempre, a latigazos. Sin embargo, no es la primera vez que Jartum se encuentra en el centro de la atención internacional por sus sentencias. En el 2012 habían generado desconcierto los casos de Intisar Sharif Abdallah y de Layla Ibrahim Issa Jumul, ambas condenadas a la lapidación y luego liberadas. Varias entidades han iniciado ya campañas para lograr la liberación de la mujer. Italians for Darfur exhortó a salvar a Meriam e inició una recolección de firmas que serán giradas al presidente sudanés, Omar al Bashir, el único que puede conceder la gracia y puede evitar esta “atroz injusticia” .
“La comunidad internacional no puede permitir que se cumpla una barbarie” de este tipo, dijo la vicepresidente del Parlamento europeo, Roberta Angelilli. En tanto, el diario Avvenire, de los obispos italianos, lanzó una campaña en Twiter para salvar a la joven.
Fuente: EL COMERCIO
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