Un castigo “ejemplar” al que, según algunos testigos, asistieron incluso los niños de la aldea rural de Sialkot,Punjab, donde se cometió el doble crimen.
El “sacrificio” de los novios es un ejemplo más de una “talibanización” de la sociedad paquistaní cada vez más intolerante con aquellos que se rebelan contra las tradiciones musulmanes.
Los protagonistas desafortunados de esta última historia de terror han sido un joven de 27 años, Sajjad Ahmed, y su enamorada, Muafia Bibia, de 23 años, aunque otras fuentes locales aseguran que la adolescente tenía apenas 17 años.
Los jóvenes habían escapado juntos el 18 de junio para contraer matrimonio y esa misma noche completaron con la clásica “fuitina”, la consumación de la relación sexual.
Durante meses, la familia de la joven habían intentado desalentar la boda con Ahmed mediante amenazas y represalias, pues se trataba de un pretendiente procedente de una comunidad tribal de un rango inferior.
Pero esas amenazas no pudieron frustrar el amor y la joven se escapó con Ahmed y luego ambos se fueron a vivir a la comunidaddel flamante marido.
Incapaz de soportar la “vergüenza”, los miembros de la familia de Muafia Bibia decidieron “lavar la sangre” del presunto agravio e idearon un plan para asesinarlos.
A partir de la reconstrucción de la policía, surge que siete personas, entre ellas el padre y el abuelo de la adolescente, los secuestraron en la casa de la pareja, los cargaron en una camioneta y los transportaron hasta su propia aldea en Sialkot.
Algunas fuentes aseguraron que Muafia y Ahmed fueron drogados y luego los ataron de manos y pies con cuerdas, para transportarlos sin resistencia.
Una vez que llegaron a la villa de Satrab, en las cercanía de Sialkot, ambos fueron decapitados en el patio trasero de la casa de los padres de Muafia, ante la presencia de los familiares e incluso de algunos vecinos que fueron invitados a presenciar la sangrienta escena.
En la denuncia, las autoridades policiales de Sialkot afirmaron que “ninguno de los presentes tuvo el coraje de parar el crimen”.
Los asesinos huyeron, pero luego fueron identificados y cuatro de ellos, incluido el abuelo de Muafia, la madre y dos tíos, fueron arrestados.
El sitio web de “Pakistan Today” publicó una foto de los cuatro detenidos a cara descubierta y esposados.
El padre y los otros dos sospechosos siguen prófugos, informaron las autoridades policiales.
El horror de Sialkot es sólo el último de una estela de crímenes en nombre del honor de familia, que por desgracia también afectan los demás países de Asia del Sur, entre ellos el más“tolerante” como se considera a India.
Precisamente hoy, una joven mujer fue quemada viva en otra aldea de Punjab, por rechazar el matrimonio arreglado por los padres. La policía arrestó a un hombre, identificado como Faya, quien roció a la joven con un bidón de gasolina, para prenderle luego fuego.
La joven falleció posteriormente en un hospital a causa de las terribles quemaduras.
También se conoció recientemente la impactante historia de Farzana, 25 años, apedreada hasta la muerte por su familia en Lahore porque, a semejanza de Muafia, se había casado con el hombre que amaba.
La mujer fue atacada por un grupo de personas, incluyendo a su hermano y su padre, y apedreada y golpeada antes los ojos de una multitud indiferente. Según datos de la ONG The Human Rights Commission de Pakistán,durante 2013 se cometieron 869 “asesinatos de honor”, aunque es una cifra estimativa, ya que muchas de las familias de las víctimas no tienen el valor de denunciar los abusos.
Abc
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