Denver (CO).- Los médicos de un hospital de Nebraska mantuvieron con vida a la joven Karla Pérez durante 54 días hasta el nacimiento de su hijo Ángel, informaron hoy a Efe fuentes del centro médico.
“Nuestro equipo respondió de la manera que lo hizo porque sentimos que había una buena ‘chance’ de que la tragedia de Karla se transformase en un pequeño rayo de esperanza para salvar la vida del pequeño Ángel”, dijo hoy a Efe el doctor Todd Lovgren, especialista en medicina maternal y fetal en el Hospital Metodista para Mujeres en Omaha (Nebraska).
“Y sin mencionar a todos los que se beneficiaron con las donaciones de sus órganos”, agregó el galeno.
“Y sin mencionar a todos los que se beneficiaron con las donaciones de sus órganos”, agregó el galeno.
Pérez, de 22 años y nacida en California, pero residía en la pequeña localidad de Waterloo, unas 16 millas al oeste de Omaha, fue trasladada al mencionado hospital el pasado 8 de febrero tras quejarse de un fuerte dolor de cabeza.
El personal médico detectó que la joven madre, embarazada de su segundo hijo, había sufrido una “hemorragia intracraneal catastrófica”. Dos días después, Pérez fue declarada con muerte cerebral.
“Consultando con la familia y con los especialistas se decidió mantener a Karla con nosotros tanto tiempo como fuese posible hasta que la gestación de Ángel fuese viable. La familia respaldó esa decisión, sabiendo que no existe un manual a seguir en este tipo de casos”, explicó Claudia Bohn, portavoz del Hospital Metodista para Mujeres.
Ángel nació el 4 de abril y el 6 de abril falleció su madre. En cumplimiento de su expreso pedido, se donaron su hígado, riñones y corazón a tres personas.
Según Bohn, el procedimiento de mantener vivo el cuerpo de Pérez y cuidar a Ángel resultó extremadamente complicado y requirió de la colaboración de más de cien especialistas que atendieron a la madre y al bebé y del uso simultáneo de más de cien medicamentos.
“Los médicos lo describen como un increíble acto de equilibrio para mantener a la madre viva a la vez que Ángel seguía creciendo. Cada aspecto de cada una de las funciones básicas del cuerpo de Karla tuvo que ser controlado”, aseveró la portavoz.
Lovgren fue más preciso. “Reemplazamos todas las hormonas que el cerebro de Karla hubiese normalmente fabricado. Usamos medicamentos para controlar su presión sanguínea y un respirador artificial para que ella respirase”, puntualizó.
Tras dos meses en incubadora y en cuidados neonatales intensivos, Ángel fue dado de alta esta semana. El bebé vivirá con sus abuelos, Modesto y Berta Jiménez.
Bohn comentó que las extensas investigaciones realizadas para salvar a Ángel podrían ayudar en el futuro a salvar otras vidas en casos similares.
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