Los familiares de los yihadistas que atentaron en Barcelona hace un año culpan al imán de llevarles a cometer los atentados. En sus sermones en Ripoll (Gerona), el imán marroquí fallecido Abdelbaki Es Satty, considerado el cerebro de los ataques, decía que "se tenía que matar a los infieles sin pedir nada a cambio", cuanta la hermana de uno de los terroristas, Moussa Oukabir, abatido por la policía.
"Toda la culpa era suya", dijo otra hermana a la policía un día después del atropello masivo en La Rambla de Barcelona del pasado 17 de agosto que causó 16 víctimas mortales. Es Satty, que tenía 43 años, comenzó la radicalización de los más mayores para conseguir después que los pequeños, algunos hermanos de los primeros, se radicalizasen más rápido. En un año se radicalizaron los miembros de la célula, según coinciden los testigos.
Tras cumplir una condena de cuatro años en España por tráfico de drogas entre 2010 y 2014, Es Satty se trasladó a la mezquita de Ripoll. Amigos de los terroristas declararon a la policía que éstos, tras conocer al imán, ya no jugaban al fútbol, no decían palabras malsonantes, no miraban a las chicas, realizaban todos los rezos diarios y solo hablaban de religión.
Youssef Aalla "se convirtió en una persona fría y que no miraba a las mujeres", dijo una de las hermanas de Oukabir, que apuntó que su madre sospechaba que "iba a hacer algo muy grave". Un amigo del terrorista Moussa Oukabir, de 17 años, contó que un día le dijo que "todo estaba controlado por los judíos", que "todos los españoles son malos" y le insistió: "No ves cómo nos tratan, no ves que nos prohíben el burka". Según la investigación policial, "formaban un grupo endogámico, compuesto únicamente por los miembros de la célula investigada", y la mezquita en la que se encontraba Es Satty, y a la que iban a rezar, era su lugar de referencia.
Los doce miembros que componían la célula y que perpetraron los atentados de Barcelona y Cambrils murieron -Es Satty es uno de los que falleció mientras preparaba las bombas en una vivienda de Alcanar (Tarragona)- o fueron abatidos por la policía. Los miembros de la célula se marcharon de sus casas en Ripoll cuando fueron a cometer los atentados -su idea inicial era inmolarse- sin una despedida especial, según los familiares.
ANSA
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