“Es un hombre intenso, firme, lo da todo por América y su pueblo. Él ya era millonario antes de ser presidente, no está ahí por dinero, se sacrifica. Kim no me gusta porque es un dictador y no apoya políticas de apertura”, dice a Efe An, un taxista de 40 años.
La fortuna de Trump es una de las principales razones de su gran popularidad entre los vietnamitas, que a menudo consideran la riqueza como una virtud personal, y es también una de las motivaciones de las decenas de hanoienses que han decidido teñirse el cabello como el mandatario.
“Me gusta Trump más que Kim porque es rico y es más poderoso”, comenta Duc, un estudiante de 19 años que, igual que otros veinte amigos suyos, luce el característico tinte del inquilino de la Casa Blanca.
No fue el tamaño de su cuenta corriente sino su aspecto físico, su expresividad facial y su fuerte personalidad lo que llevó al artista Tram Lan Binh a obsesionarse con Trump y a dedicarle 50 coloridos retratos en acrílico en los últimos años.
Algunos de ellos están expuestos en la cafetería que regenta a las afueras de Hanoi junto a una escultura a tamaño real del mandatario ataviado con un llamativa combinación amarilla de camiseta de tirantes y pantalón corto.
“Algunos los logramos exponer hace un año en Washington, delante de la Casa Blanca. No están en venta porque son cuadros que pinto con el corazón y no por dinero. Siento especial afecto por Trump, me inspiran su carácter abierto y directo, sus expresiones faciales y la manera en que aguanta la presión. No le importa lo que diga la gente”, explica el artista, de 37 años.
“Cuando más disfruto es cuando pinto sus ojos y los gestos de su rostro”, añade.
Estos días, la cafetería está especialmente decorada para la ocasión, con banderas de Estados Unidos y Corea del Norte, llamamientos a la paz y también retratos de Trump junto a Kim Jong-un, otra de las fuentes de inspiración de Binh.
“Pinté estos cuadros cuando supe que se celebraba la cumbre, pero tengo interés en Kim desde hace tiempo. Empecé a retratarle antes incluso de su primer encuentro con Trump. Es inteligente, firme, directo y valiente por aceptar reunirse con Trump”, señala.
Además, como pintor le atraen especialmente los rasgos físicos del norcoreano, sus “labios bonitos y su cara redonda”. “Kim es una obra maestra viviente”, afirma.
El líder norcoreano no goza en Vietnam de la popularidad de Trump, pero si hay un lugar de Hanoi en que se esperaba hoy con especial ilusión su llegada es en el jardín de infancia de la amistad entre Vietnam y Corea del Norte.
En su honor, los niños de entre 3 y 6 años representan junto a sus profesoras un número de canto y baile vestidos con trajes típicos vietnamitas y norcoreanos, con banderas de ambos países pegadas en las mejillas.
Construido en 1978 con fondos de Pionyang, hoy es uno de los centros preescolares más prestigiosos de la ciudad, con 450 alumnos y 17 aulas, una de ellas dedicada a Kim Il-sung, primer líder norcoreano y abuelo del actual mandatario.
Hoy esa huella se percibe en los cuatro rudimentos que enseñan del idioma y la cultura, los profesores que se intercambian con un colegio norcoreano unas semanas al año y el nombre de algunas aulas.
Dentro de la dedicada a Kim Il-Sung, los niños se afanan en colorear un mural con las banderas de ambos países, similar a otros expuestos por todo el centro junto a fotografías de históricos líderes norcoreanos y vietnamitas.
Algunas profesoras albergan la esperanza de que la secretísima agenda del líder albergue un hueco para una visita al centro.
“Estamos todas muy ilusionadas; no sabemos si vendrá pero, si lo hace, estaremos preparadas para darle la bienvenida”, afirma.
EFE
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