El papa Franciso pidió el domingo, en ocasión de la Pascua, el fin de las tragedias y las persecuciones en África y Oriente Medio, saludando a la vez el acuerdo nuclear iraní como "un paso hacia un mundo más seguro".
Ciudad del Vaticano, Santa Sede.- Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida, y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia”, dijo desde el balcón de la basílica de San Pedro antes de impartir su tradicional bendición “Urbi et Orbi”.
“Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo”, agregó.
El papa argentino exhortó a la comunidad internacional a que “no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria” en Siria e Irak y “el drama de tantos refugiados”. Que “cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países”.
Aunque no se refirió a las persecuciones de los yihadistas contra los cristianos, el papa pidió a Jesús “que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre”.
También habló de “esperanza” al referirse al acuerdo marco concluido el 2 de abril en Lausana entre Irán y las grandes potencias sobre el programa nuclear. Deseó que sea “un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno”.
También llamó a acabar “con el absurdo derramamiento de sangre” en Libia y pidió que en Yemen “prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población”.
AFP
“Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo”, agregó.
El papa argentino exhortó a la comunidad internacional a que “no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria” en Siria e Irak y “el drama de tantos refugiados”. Que “cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países”.
Aunque no se refirió a las persecuciones de los yihadistas contra los cristianos, el papa pidió a Jesús “que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre”.
También habló de “esperanza” al referirse al acuerdo marco concluido el 2 de abril en Lausana entre Irán y las grandes potencias sobre el programa nuclear. Deseó que sea “un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno”.
También llamó a acabar “con el absurdo derramamiento de sangre” en Libia y pidió que en Yemen “prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población”.
AFP
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