Sin la autorización para marchar, los estudiantes decidieron protestar este martes en varios puntos de Santiago, concentrados en los alrededores del palacio presidencial de La Moneda, fuertemente resguardado por las fuerzas especiales de la policía chilena.
En varias escaramuzas, lograron detener por algunos minutos el tránsito en la céntrica avenida Alameda, restablecido al poco rato por la Policía con ayuda de chorros de agua.
“¡Salimos a las calles nuevamente. ¡La educación chilena no se vende, se defiende!”, cantaban grupos de estudiantes en el frontis del palacio de gobierno, un día después de que la presidenta Michelle Bachelet enviara al Congreso el proyecto de ley que establece la gratuidad universal en la educación universitaria.
Pero la gradualidad del proyecto y los plazos difusos de implementación de la gratuidad no dejaron conforme a los estudiantes, que además se sienten excluidos de la redacción del proyecto.
“Hay muchos motivos por los cuales los estudiantes nos movilizamos en Chile”, dice un mensaje en Twitter de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
La ley enviada por Bachelet consagra la gratuidad universitaria para el 60% de los estudiantes más pobres al final de su mandato (2018), y desde ahí establece una serie de condicionantes económicos para llegar a la gratuidad universal.
El proyecto mantiene la convivencia de universidades públicas con las privadas, al igual que el actual sistema de créditos y becas para el financiamiento del pago de las matrículas.
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