El regreso de los trabajadores norcoreanos a su país se realiza de acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada el 11 de septiembre de 2017, que prohibió a los miembros de la organización mundial entregar permisos de trabajo a los ciudadanos de este país asiático, reporta Sputnik.
En diciembre del mismo año, el Consejo de las Naciones Unidas exigió que los países miembros de la ONU empezaran la expulsión de la mano de obra norcoreana, que finalizará para finales de 2019. La dura medida es el alto precio que Corea del Norte tiene que pagar por la sexta prueba nuclear que el país asiático realizó el 3 de septiembre de 2017.
Esa resolución forma parte de las sanciones adicionales que se introdujeron contra Pyongyang. Rusia está en la lista de los países con el mayor número de obreros norcoreanos. La cifra exacta de la cantidad de ciudadanos de Corea del Norte que trabajaban en territorio ruso alcanzaba las 34.000 personas, según informó el embajador ruso en el país asiático, Alexandr Matsegora, en noviembre de 2018. La mayoría de ellos residía en el Lejano Oriente ruso.
Está previsto que el último trabajador norcoreano abandone la Federación antes del 22 de diciembre de 2019, como lo requiere la resolución. Actualmente, en el territorio ruso ya quedan pocos trabajadores.
¿Cuáles son los matices políticos detrás de la decisión de sancionar a Pyongyang?
La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU busca privar a Corea del Norte de la fuente de ingreso que obtiene gracias a sus obreros en el extranjero.
Esta medida se suma a la prohibición de importar recursos minerales norcoreanos como el carbón, oro, magnetitas, entre otros, uno de los pilares principales de su economía. Otro ejemplo serían las sanciones contra la industria ligera de Corea del Norte, señaló el analista de la Academia de Ciencias de Rusia, Evgueni Kim.
La idea de introducir medidas restrictivas contra Pyongyang fue impulsada por la delegación estadounidense y fue respaldada por China y Rusia. Sin embargo, Corea del Norte ha dejado de realizar pruebas, por lo cual algunos países decidieron que llegó el tiempo para suavizar el régimen de sanciones.
No obstante, una vez que las medidas entran en vigor, es casi imposible dar marcha atrás, señaló Kim. Moscú y Pekín propusieron el pasado 17 de diciembre al Consejo de Seguridad cancelar ciertas sanciones para que Pyongyang pudiera comerciar con otros países. El dinero que el país asiático gane, podría ser usado para la compra de comida, pero EEUU se opuso a la propuesta.
«La decisión de retirar parcialmente las sanciones requeriría el consenso unánime del Consejo. Teniendo en cuenta cómo funciona este organismo, habría sido mejor no votar por esta resolución desde el principio», afirmó.
En aquella época, todos los países del Consejo votaron a favor de las medidas contra Corea del Norte con el objetivo evitar un conflicto armado directo entre Washington y Pyongyang.
¿Cómo la expulsión de los trabajadores norcoreanos influirá en su economía?
La mano de obra norcoreana estaba presente en varias regiones. Los dos países con mayor presencia de trabajadores norcoreanos eran China y Rusia. También se encontraban en algunos países del Sudeste Asiático, Europa del Este y África.
«El número total de los trabajadores norcoreanos en el extranjero es desconocido; sin embargo, de acuerdo con ciertas calculaciones, la cifra ronda alrededor de las 100.000 personas», añadió.
Los trabajadores norcoreanos en otros países entregaban una parte significativa de sus salarios al Gobierno. Tampoco se sabe en qué proporción se dividían las ganancias, pero el experto considera que era a medias. La parte que obtenía el Estado se usaba para las necesidades del país como la compra de alimentos, medicamentos, vacunas, y no tanto para las necesidades militares como muchos creen.
Ahora que el Estado norcoreano se quedó sin una fuente importante de dinero, tiene que buscar otras maneras de sacar ganancias. Pero el futuro no es tan sombrío para Corea del Norte como puede parecer.
Hay bastantes norcoreanos que viven en Japón o, por ejemplo, desertores que viven en otros países. Toda esa gente encuentra maneras de enviar dinero a su país de origen, lo que también sirve como una buena fuente de fondos para la economía del país, de acuerdo con el experto.
Hoy en día, no hay una cifra precisa de los ingresos que provienen de los desertores, pero hace ocho años se publicó la cifra de los norcoreanos que vivían en Seúl: enviaban a su país de origen aproximadamente 10 millones de dólares anualmente.
La resolución de la ONU redujo la cantidad de petróleo que China suministraba a Corea del Norte por lo cual muchos pescadores norcoreanos fueron privados de la posibilidad de trabajar en sus propias aguas territoriales por falta de combustible.
Entonces las autoridades empezaron a dar permisos a los pescadores chinos para actuar en estas zonas cobrando dinero, lo que se convirtió en una nueva fuente de dinero.
«Los norcoreanos ya están acostumbrados a vivir en estas condiciones. De hecho han vivido aislados del resto del mundo durante más de siete décadas, por eso, de algún modo, encontraron una manera de sobrevivir. Pese al hecho de que Corea del Norte tiene más de dos años bajo sanciones, la gente en el país prácticamente las ignora. Los restaurantes en la capital siempre están llenos de gente», destacó Kim.
La política de autosuficiencia que Corea del Norte puso en práctica desde hace décadas dio sus frutos. Resulta que el país es capaz de sostenerse pese a las sanciones más fuertes, agregó.
«Creo que en el caso de Corea del Norte se abstenga de realizar pruebas en el futuro —y esto es bastante probable—, algunos países pueden unilateralmente dejar de cumplir con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que introdujo las sanciones y encontrarán maneras de comerciar con Pyongyang», pronosticó.
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