Un reo que estaba condenado en Japón desde 2011 por un cuádruple asesinato fue ahorcado este jueves, en la primera ejecución de un extranjero en una década.
Wei Wei, de 40 años y nacionalidad china, fue sentenciado a la pena capital el 10 de noviembre de 2011 por el asesinato múltiple de una familia, en junio de 2003 en la ciudad suroccidental de Fukuoka.
Las cuatro víctimas eran todas integrantes de la misma familia, dos de ellas niños.
El asesino actuó junto a otros dos cómplices que huyeron a China, donde uno de fue ejecutado en 2005 y el otro, sentenciado a cadena perpetua.
Matsumoto fue estrangulado. Los chicos fueron sofocados y estrangulados. Y a la mujer la ahogaron en la bañera.
Los cuerpos fueron arrojados con peso en la Bahía de Hakata, aparentemente algunos aún estaban vivos cuando fueron arrojados al agua.
“Es un caso extremadamente cruel y brutal en el que los miembros felizmente vivos de una familia, incluidos dos niños de ocho y once años, fueron asesinados por razones verdaderamente egoístas.”
«Es un caso extremadamente cruel y brutal en el que los miembros felizmente vivos de una familia, incluidos dos niños de ocho y once años, fueron asesinados por razones verdaderamente egoístas.»
La aplicación de la pena de muerte fue ordenada el pasado lunes por la ministra de Justicia, Masako Mori, y se llevó a cabo este jueves en la ciudad de Fukuoka.
Con este caso se elevan a 39 los reos que han sido ajusticiados durante el Gobierno de Shinzo Abe, que ha estado en el poder ininterrumpidamente desde 2012. Previamente estuvo al frente del Gobierno entre 2006 y 2007.
Se trata del primer caso, además, desde que fue nombrada Mori como ministra de Justicia, el 31 de octubre pasado.
En una rueda de prensa, Mori calificó el caso de este jueves como «extremadamente feroz y cruel» por el hecho de que dos de las víctimas eran menores, un niño de 11 años y una niña de 8, ambos hijos del matrimonio asesinado.
«La sentencia de pena de muerte fue bien estudiada en el juicio», agregó.
«Es un caso extremadamente cruel y brutal en el que los miembros felizmente vivos de una familia, incluidos dos niños de ocho y once años, fueron asesinados por razones verdaderamente egoístas.»
Japón, que junto con Estados Unidos es el único país industrializado y democrático que aún aplica la pena de muerte, ejecuta en la horca a los condenados en el mayor de los secretos, usualmente sin aviso previo a los reos y sin testigos.
A día de hoy hay 112 reos en Japón que están a la espera de que se les aplique la pena capital. Ninguno de ellos sabe cuándo será ejecutado. Se les avisa el mismo día en qu ese lleva a cabo la ejecución.
Quince fueron ejecutados el año pasado, incluidos 13 miembros de la secta apocalíptica Aum Shinrikyo.
Japón empezó a revelar los nombres de los ejecutados recién en 2007. Desde entonces, solo había ejecutado a un extranjero, otro chino, ahorcado en 2009.
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