Aunque estos sucesos tuvieron lugar entre 1983 y 1991, los hechos no se conocían y estas dos décadas el delincuente ha quedado impune.
El cura le contó lo sucedido a su obispo bajo secreto de confesión y este no lo denunció a la Policía. Sin embargo, una de las víctimas lo ha denunciado ahora y la justicia le ha condenado a 4 años de prisión
Fuente: Rt actualidad
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